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LA FALLIDA CAZA DE BRUJAS DE OLAGÜE QUÉ VER EN OLAGÜE
Muy cerca de Iruña/Pamplona, al abrigo de monte Errotalarre y pegado al río Mediano, se encuentra el pequeño pueblo de Olagüe, capital del concejo de Anué.
El valle de Anué, es uno de tantos valles desconocidos de Navarra salpicados de pequeños pueblos que guardan antiguos secretos.
LA CAZA DE BRUJAS DE LOS VALLES DE ODIETA, OLAGÜE Y ULTZAMA.
Olagüe, al igual que muchos pueblos del norte de Navarra, se vio salpicado por los procesos de brujería que abundaron durante los siglos XVI y XVII en el antiguo reino.
Tras el proceso de Anotzibar, en el cercano valle de Odieta, donde en 1575 varias vecinas fueron acusadas de ser brujas y condenadas a la hoguera, se inició una persecución en los valles cercanos que llegó hasta Olagüe.
En Anotzibar, las condenas se produjeron tras las acusaciones de unos niños que dejando volar su imaginación acusaron a varios vecinos e incluso a su propia tía, a lo que había que sumar las confesiones arrancadas a las acusadas bajo tormento.
Es por ello, que no es difícil imaginarse el pánico que se extendió por los pequeños pueblos cercanos.
Un año después de aquel terrible suceso, llegó a Ultzama y Anué el siniestro bachiller Ozcoidi, dispuesto a limpiar la comarca de brujas y brujas.
LA CAZA DE BRUJAS DE OLAGÜE
Dos vecinas de Olagüe fueron acusadas de que “con poco temor de Dios Nuestro Señor y de la real justicia de V.M. ha mucho tiempo y años que son brujos y hechiceros públicos y como tales han hecho muchos hechizos y brujerías con yerbas y polvos venenosos y se han hallado por muchas y diversas veces juntos y a solas y en compañía de otros brujos y brujas en ayuntamientos de brujas y de noches en los campos y prados y casas y otros lugares particulares».
La posadera de Olagüe, María de Aniz, alias “Xopalda”, fue acusada de haber envenenado a dos comensales. Las acusaciones de envenenamiento vertidas al principio se redujeron a que uno de los comensales aseguraba que al servirles una cabeza de carnero y unos huevos, uno de éstos “hizo un gran estruendo y se saltó”.
Por suerte, los acusados de Lizaso y Olagüe no sufrieron la misma suerte que sus vecinas de Anotzibar, ya que sus convecinos fueron sus mejores abogados, y aunque fueron condenados a pena de destierro, finalmente se redujo a una multa económica.
Y es que las acusaciones eran demasiado fantásticas incluso para los crédulos comisionados de la Consejo Real. Uno de los niños de Olagüe, declaró que iba a los aquelarres “en figura de perrico de casa, a caballo en las dichas cabras” mientras que otra de las acusaciones era que María, la mujer del barbero de Olagüe” había sido vista “en figura de gato y perro”.
LA HISTORIA SE REPITE
Durante la gran caza de brujas de Zugarramurdi (1609-1610), otro siniestro personaje volvió a visitar la comarca, Fray Domingo de Sardo. Este monje se dedicó a predicar por Olagüe y otros muchos pueblos advirtiendo del mal y la brujería. Por lo tanto, el miedo y las acusaciones volvieron a extenderse.

Por suerte, el comisionado por la inquisición, Alonso de Salazar y Frías, visitó la comarca en 1611 y otorgó el edicto de gracia a todos los acusados. Y es que gracias a Salazar (conocido como el abogado de las brujas), terminaron en gran medida las persecuciones en la Montaña Navarra.
QUÉ VER EN OLAGÜE
Hoy día, en Olagüe reina la tranquilidad. En sus calles podremos ver grandes casas de los siglos XVIII y XIX, destacando entre todas ellas la torre de la iglesia de San Juan.
Aunque Olagüe también vivió otros acontecimientos históricos.
El 25 de febrero de 1876, durante la última guerra carlista, el pretendiente D. Carlos, llegó a Olagüe con los restos de su ejército después de haber perdido la provincia de Gipuzkoa y parte de Navarra.
Carlos VII, pernoctó en Olagüe antes de su partida hacía el exilio por la frontera francesa, dando fin a la tercera guerra carlista.
Parroquia de San Juan
Nada queda del templo primitivo que conoció la visita de los delegados del Consejo Real y la Inquisición. Sus partes más antiguas pueden datarse del siglo XVII aunque el templo fue agrandado en el siglo siguiente y restaurado a mediados del XX como reza una inscripción sobre la portada:
«PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE OLAGÜE/ RESTAURADA EN 1943/ SIENDO OBISPO DE PAMPLONA/ EL EXCMO. S. D. D. MARCELINO OLAECHEA/ PARROCO EL D. D. JOSE ARANO/ Y ALCALDE D. FERMIN CILVETI»
En su interior, se guardan varios retablos e imágenes barrocas.
Ermita de San Nicolás de Ezkati
En una colina sobre Olagüe, existió antiguamente un pequeño pueblo llamado Ezkati, del que solo queda su iglesia, convertida hoy en ermita.
El poblado de origen medieval, aparece ya despoblado en el siglo XIV, cuando sus habitantes bajaron a la vega del río Mediano para crear Olagüe.
La ermita es de nave única, encontrándose rematada con una espadaña que cobija una campana. En su interior se conserva un retablo romanista del siglo XVII.