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EL BARRIO DE AMARA DE DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN LA CIUDAD QUE SURGIÓ DE LAS MARISMAS
El barrio de Amara de Donostia, es uno de los barrios más animados y con más vida de San Sebastián. A dos pasos de la playa, pocos se imaginan que hace poco más de un siglo, el actual Amara se encontraba prácticamente inundado por las marismas. Y es que precisamente, Amara significaba terreno inundado en gascón.
¿Quieres conocer la peculiar historia del barrio de Amara?
En su origen, Amara estaba conformada por unos pocos caseríos diseminados entre el cerro de San Bartolomé y el río Urumea, perteneciendo los caseríos y los pocos terrenos que no se encontraban inundados al convento de San Bartolomé.
Tras el derribo de las murallas que axfisiaban a San Sebastián (hasta su derribo, entre 1863 y 1864, la ciudad se limitaba a la actual Parte Vieja y un par de núcleos de viviendas extramuros) la ciudad comenzó a crecer gracias al proyecto conocido como el ensanche Cortazar.
Sin embargo, los nuevos edificios del ensanche, estaban dirigidos a las clases pudientes, por lo que se debían construir viviendas para alojar a los trabajadores que llegaban a levantar la nueva ciudad y a trabajar en las fábricas que empezaban a funcionar.
Para ello, se iniciaron las obras de encauzamiento del Urumea y se rellenaron las marismas con los escombros y la tierra de las obras del ensanche de Donostia.
El nuevo barrio obrero de la ciudad, tomó el nombre del caserío Amara, que estaría situado en la actual calle
Al sur del nuevo barrio, el ayuntamiento cedió 7.000 metros cuadrados para la construcción de la estación de tren que debía enlazar con Elgoibar y de aquí a Bilbao, saliendo el primer tren de su historia el 9 de abril de 1895 con dirección a Zarautz.
Desde entonces, han sido cientos de miles las personas las que han llegado o han salido de Donostia utilizando el popular «topo».

Las primeras viviendas, se comenzaron a construir en 1899 en las calles Amara y Arroka, mezclándose con pequeños talleres y barracas.
En 1906, se construyó la primera vivienda de la calle Salud, concretamente el número 2. Una calle que siguió creciendo durante las siguientes décadas (en 1918 se levantaron los números 10 y 12, en 1921 el 14, 16 y 18, etc…).
¿Pero sabéis por qué recibe este curioso nombre?
Pues bien, a la altura del número 13 de la calle Autonomia, que se encuentra paralela a la calle Salud (Osasun kalea en euskera), existía una fuente de tres caños, construida en el siglo XIX, de donde manaba el agua de un arroyo, y que parece ser tenía muy buena fama entre los y las donostiarras.
En 1913, la fuente de la Salud fue desmontada, pero en honor de esta mítica fuente, se construyó una nueva en la plaza Easo en 1981, con cabezas de leones de las que mana el agua.
AMARA ZAHAR
La Plaza de Easo, es el corazón de Amara Zahar, bautizada así en 1886, siendo aquí donde se celebran las ferias y actos festivos del barrio, destacando en uno de sus lados el quiosco de música.

Como telón de fondo de la plaza de Easo, se encuentra la calle Autonomía, cuyas primeras casas se comenzaron a construir en 1906 (números 1,2,3,4,5,6 y 7) siendo la última levantada en 1923 y conformando la construcción urbanística de mayor longitud de la ciudad que sigue el mismo esquema arquitectónico.
Otra de las construcciones que destaca en la Plaza de Easo, es la iglesia de los Carmelitas, que se encuentra junto a la estación del Topo.
De estilo neogótico, este templo de tres naves con crucero y ábside, fue inaugurado en noviembre de 1915. El reloj de la espadaña, pagado por los vecinos, fue inaugurado en 1928.
Aunque la ciudad seguía extendiéndose y creciendo, hasta mediados del siglo XX, el límite del ensanche se estableció en la Plaza del Centenario, bautizada así en 1916 para recordar que había pasado un siglo de la reconstrucción de la ciudad después de su destrucción por las tropas anglo-portuguesas el fatídico agosto de 1813.
Y sobre la Plaza del Centenario, vigila un de los símbolos del barrio de Amara, el gran águila de 3 metros de envergadura y de casi un siglo de antigüedad que corona el edificio del portal número 6, águila que ha sido testigo del surgimiento de Amara Berri como veremos más adelante.
Otro de los monumentos emblemáticos de Amara Zahar, y que sirve de muga con el nuevo ensanche de Amara, es el monumento a la Reina María Cristina. Obra del escultor León Barrenechea (Irún 1982- París 1947) y donde aparece representada la reina en mármol, rodeada de las alegorías de la Virtud y la Caridad, el monumento fue inaugurado el 12 de octubre de 1919.
Y aunque Amara surgió como un barrio para los y las trabajadoras de la ciudad, que trabajaban en fábricas como la del Gas o la de Tabacos, o en pequeños talleres del barrio, pronto se crearían importantes edificios que han llegado hasta nuestros días.
Así en 1893, se crearon las escuelas de Amara, diseñadas por el arquitecto municipal José de Goicoa y ampliadas en 1908.
En 1914 se levantó el Bellas Artes, edificio proyectado por Ramón Cortázar para servir de cine y que hoy se encuentra cerrado esperando una nueva oportunidad.
En 1931 se creó el edificio diseñado por Rafael Alday en estilo racionalista y que sirvió como Parque de Bomberos, Conservatorio y Oficinas Municipales durante muchísimos años.
AMARA BERRI
Sin embargo, una buena parte de lo que hoy conocemos como Amara, seguía bajo el agua de las marismas, y hubo que esperar hasta mediados del siglo XX para que comenzase a surgir el nuevo Amara.
El problema de las inundaciones, se solucionó en 1927, cuando se terminó de encauzar el Urumea entre el puente de María Cristina y el puente de Hierro.
Y aunque Horacio Azqueta (ingeniero de Caminos, Puertos y Canales y concejal técnico del ayuntamiento donostiarra) proyectó un gran barrio de amplias calles y plazas, y numerosas zonas verdes, la situación producida por la posguerra, originó que no se cumpliese el sueño de Horacio.
Sin embargo, Amara Berri se acabó convirtiendo en un barrio vivo y activo, que cuenta con grandes equipamientos deportivos, destacando el estadio de fútbol de Anoeta, donde celebra sus partidos la Real Sociedad.
Con el fin de unir el viejo Amara con el nuevo barrio, Azqueta proyectó en 1913 el Parque de Araba, que en sus inicios sirvió como hípica o para celebrar ferias y mercados, y que hoy día se ha convertido en la zona de juegos más concurrida del barrio y lugar de esparcimiento de los más pequeños.

El primer edificio en crearse en el nuevo barrio fue el número de la calle Sancho el Sabio, en 1947. Frente a él, destaca el número 2, de estilo neoherreriano y rematado por cuatro chapiteles.
Debido al aumento de población, el obispado decidió crear una nueva iglesia en el barrio de Amara, que sirviese además para otros fines sociales y culturales, por lo que en 1967 se inauguraba la iglesia de La Sagrada Familia, con la asistencia del obispo de la diócesis y el dictador Francisco Franco.
Este templo de ladrillo, hormigón y hierro, fue obra del arquitecto Antonio Camuñas Paredes y cuenta con capacidad para casi 800 personas sentadas. Destaca en el edificio racionalista las vidrieras y la pintura del Cristo bizantino obra de Enrique de Caviedes. También son destacables la escultura y los frisos del escultor José Luis Sánchez.
El 30 de mayo de 1982, se consagró la otra parroquia del barrio, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, diseñada por el arquitecto Joaquín Muñoz Baroja y muy cercana al estadio de Anoeta.
MORLANS
¿Sabías que Amara tuvo puerto?
Antiguamente, las marismas llegaban hasta el caserío Isostegi en la zona de Morlans. Existen varios escritos nombrando el puerto de Morlans, como el de 1525 en que la señora de la casa solar de los Haiet (de aquí viene el nombre Aiete) vende unos terrenos uno de los cuales linda con «el arroyo que va y pasa hacia el puerto de Morlans». U otro de 1547 en que la viuda de Joanes de Guarnizo concede permiso para que la madera de los bosques de Miramón pasasen por su terrenos hacia el puerto de Morlans, de donde se transportaban a los astilleros de la desembocadura del Urumea.
En 1924, con el encauzamiento del Urumea, desapareció el puerto de Morlans.
Morlans, es una zona del barrio de Amara con personalidad propia. Antiguamente, de aquí partía el viaducto que llegaba hasta las murallas de la ciudad.
Aquí también se encontraba la fábrica de Gas, que empezó a funcionar en 1893 y de las que quedan importantes vestigios como el gasómetro de 800 m³ construido en Lyon y el gasomotor de construcción alemana que se encuentra dentro del edificio del colegio Amara Berri.
Hace poco se habilitó en Morlans un moderno ascensor que nos sube hasta Aiete, dejándonos muy cerca del una de las visitas imprescindibles de nuestra ciudad: el parque de Aiete.
Comercios con historia
Amara, es un barrio lleno de vida y de pequeños comercios, algunos con muchos años a sus espaldas, como la ferretería Oria en la calle Urbieta, un comercio con más de un siglo de vida. O la pastelería Garikano, fundada en 1955 y cuyas pastas y merengues os recomiendo probar.😋
El barrio de Amara, víctima de las guerras
Amara, al igual que el resto de la ciudad, ha sido víctima de los numerosos conflictos que han sacudido San Sebastián, sobre todo durante la Edad Contemporánea.
El acueducto que llegaba desde Morlans hasta la ciudad intramuros, era saboteado para intentar rendir a la ciudad por sed y hambre.
Durante las guerras carlistas del siglo XIX, muchos de los caseríos que formaban el barrio rural de Amara fueron incendiados o destruidos. Bien por los carlistas, o por soldados liberales acantonados en la ciudad, ya que muchos de los habitantes de esos caseríos simpatizaban con la causa de los pretendientes carlistas e incluso peleaban en sus filas.
Por ejemplo, durante la primera guerra carlista (1833-1840), de las 102 casas y caseríos que tenía Amara, 61 resultaron quemadas y 11.093 árboles (sobre todo frutales) resultaron destruidos.
Sin embargo, las huellas más visibles que perduran, son las de la Guerra Civil, ya que en Amara se produjeron violentos choques entre los militares alzados y los trabajadores organizados (durante los años 30 del pasado siglo, el sindicato anarquista CNT tenía gran implantación en el barrio).
Los militares sublevados intentaron apoderarse de la ciudad atacando desde las marismas de Amara, sin embargo, no esperaban encontrarse la resistencia de los y las trabajadoras que formaron barricadas en la calle Urbieta, donde se produjeron los primeros enfrentamientos. Las huellas de aquellas violentas jornadas del fatídico verano del 36, aún son visibles en la fachada de las Escuelas de Amara.
El barrio de Amara vibra bajo el efecto de las explosiones y el fuego intenso. Perplejos por esta resistencia, los rebeldes se retiran de nuevo hasta los jardines de Amara. Ahora van a intervenir nuevos medios de combate. Instalan en estos jardines, frente a la calle Urbieta, dos morteros. El silbido de los obuses, seguido del estallido, da al combate más densidad.
LOS ANARQUISTAS Y LA GUERRA EN EUSKADI. LA COMUNA DE SAN SEBASTIAN.
MANUEL CHIAPUSO
Hace unos años, la colocación de un nuevo puente a la altura de Amara, volvió a sacar a la luz aquella sangrienta guerra.
A finales del siglo XIX, en un meandro del río Urumea a la altura de Amara, se construyó un puente ferroviario conocido como el Puente de Hierro. Sin embargo, con el tiempo, este robusto puente se demostró insuficiente para soportar el paso de tantos trenes, por lo que en 1932 se construyó un nuevo puente y el Puente de Hierro se adaptó al tráfico rodado.
Pero al llegar el siglo XX, el vetusto puente ferroviario se antojó demasiado anticuado para las nuevas necesidades del tráfico de la zona, por lo que en el 2009 se dio comienzo a su desmantelamiento para construir el moderno puente «De la Real Sociedad».
Sin embargo, mientras se procedía al desmontaje del Puente de Hierro, se realizó un escabroso hallazgo, ya que aparecieron tres esqueletos. Aunque al principio se pensó que pudiesen ser soldados de algunas de las guerras del siglo XIX, el estudio de los restos y los materiales hallados descubrieron que los restos pertenecían a tres funcionarios municipales fusilados por las tropas franquistas cuando tomaron la ciudad en la Guerra Civil.
Hoy día, la pequeña plaza que hay junto al puente, bautizada como plaza de la Segunda República, tiene una pequeña escultura en recuerdo a todos los fusilados bajo el Puente de Hierro, y en especial a estos tres trabajadores cuyas cuerpos no fueron reclamados por nadie y acabaron sepultados por la desmemoria.
AMARA, CRISOL DE CULTURAS
Como habéis podido comprobar, aunque Amara sea un barrio relativamente nuevo (comparándolo con la vieja San Sebastián intramuros), podemos encontrar en él lugares llenos de historia y bonitos rincones, además de disfrutar de sus ajetreadas pero animosas calles y comercios.
En Amara se mezclan el euskera con el mongol, el castellano con el rumano y un montón de lenguas convirtiéndolo en un barrio cosmopolita. Aquí podrás desde «potear» en bares de toda la vida hasta probar comida tradicional de otros países.

FIESTAS DE AMARA
Fiestas de Morlans
Un barrio joven que celebra sus fiestas con multitud de actividades, sobre todo enfocadas para los más txikis, a finales de mayo.

Fiestas de Amara Berri
A mediados de junio, se celebran las fiestas del barrio de Amara Berri organizadas por la sociedad cultural Ikasbide.
El día 15 de julio, se celebran las fiestas del Carmen en Amara Berri (Karmengo Jaiak), donde el barrio adquiere un toque marinero y se celebra su tradicional tamborrada.
Fiestas de Amara Zahar
A finales del mes de julio se celebran las fiestas del Amara más tradicional y antiguo.
Se os ha olvidado otra iglesia, la de San José, inaugurada en los bajos del colegio de El Carmelo en 1969.
¡Cierto!
Vaya fallo he tenido. Gracias por informar sobre el año de su inauguración. Actualizaré el post con la mayor brevedad.
Eskerrik asko Marijo!
Otra aportación sobre el ensanche de amara es que el origen de la Iglesia de la Sagrada Familia fue en un local del Paseo de Errondo que venía a ser la parroquia que llevaba el sacerdote Don Lino. Yo de niño hice la catequesis y participé de padrino del bautizo de mi hermano Javier en 1957.
Muchas gracias también por aportar información sobre el origen de la iglesia de la Sagrada Familia.
Un templo al que tengo muy presente ya que veo su torre-campanario desde mi balcón.
Saludos y gracias de nuevo.
Yo viví desde 1956 en el principio de la Av de Sancho el Sabio del Ensanche de Amara y recuerdo que era la única casa construida en los numeros impares,que llamábamos la Casa Blanca.enfrente teníamos las viviendas del número 2 y en el fondo a la izquierda las viviendas de lo que llamababamos las Casas de los militares.Salvo los edificios de la calle de primeros numeros del Paseo de Errondo no recuerdo otros edificios. La curiosidad que recuerdo es que en las marismas que se iban rellenando con escombros y material de obras viejas, se celebraban las Ferias de tiovivo y tómbola cuando tocaba.
Allí nos juntábamos los niños y niñas de esos primeros habitantes del Ensanche de Amara junto a lo que llamábamos La Puerta Verde, y aprendimos a convivir en la infancia y adolescencia.
Buenas noches.
Muchas gracias por compartir tus recuerdos con nosotros.
Es curioso que lo de rellenar las marismas y los terrenos ganados al mar con los escombros de la antigua San Sebastián ha sido una constante en la expansión de nuestra ciudad.
¡Cuánta historia se esconderá bajo nuestros pies!
Los primeros edificios construidos en Sancho el Sabio, son un ejemplo del nuevo barrio elegante y en consonancia con el centro de la ciudad que los arquitectos querían crear pero que finalmente no pudo ser.
Mientras se construía la iglesia de la Sagrada Familia, D. Lino Salaberría, párroco (natural de Lezo) y sus coadjutores D. Martín y D. Ramón Zaldúa, celebraban misa bajo los soportales de la plaza del Sauce, donde ahora se ubica la terraza del bar Agustín.
Una casa que estaba haciendo el contratista Barinaga, en Sancho el Sabio, a la altura del Géminis, más o menos, se derrumbó en fase de construcción y hubo algún obrero muerto. No recuerdo el año.
Además de las ferias hacia San Juan, también se instalaban los circos frente a Eustasio Amilibia 10-12-14 y en una ocasión un «cinerama». En Pio XII, entre el Instituto Usandizaga (femenino) y el Instituto Nacional de Previsión (hoy Osakidetza), se rellenó el hueco que en tiempos ocupó un caserío y en el que jugábamos los estudiantes del Colegio del Sagrado Corazón (Sánchez Toca, 9) y pusieron la exposición de XXV Años de Paz, del franquismo
Kaixo José Manuel.
Muchísimas gracias por compartir tus recuerdos con nosotros.
Me imagino que la ubicación donde se colocaba el circo es el actual parque Martiarena y que el caserío se encontraba donde está el hotel Amara Plaza.
¡Eskerrik asko por la información!
La casa de Amara en construcción se derrumbó el 30 de enero de 1958 y hubo varios muertos.
Me ha gustado mucho el artículo y el mensaje de José Esteban Armesto. Nosotros vivíamos desde 1954 en la primera casa de Sancho el Sabio, se entraba por Juan Olazabal y las vistas coinciden con el recuerdo que nos describe. El circo lo ponian en la parcela de al lado que estaba sin construir. Gracias