MONUMENTO A LOS CODE TALKERS NAVAJOS QUE COMBATIERON EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército imperial Japonés traía de cabeza a las tropas estadounidenses en el Pacífico, ya que sus transmisiones eran constantemente interceptadas e interferidas por el cuerpo de operadores de radio bilingües japonés.
Hasta que al sargento Philip Johnston, veterano de la Primera Guerra Mundial y que de pequeño se había criado en una reserva navaja, sabedor de que en esta contienda soldados choctaw, cherokees y de otras tribus fueron utilizados para trasmitir mensajes en sus lenguas tribales, sugirió al cuerpo de Marines crear un código utilizando el idioma navajo.
3600 Navajos fueron reclutados, y 420 fueron elegidos para servir como code talkers, es decir, los encargados de transmitir las ordenes e información en un sistema cifrado para que el enemigo no pudiese comprenderlo. Para esta labor, no solo fueron reclutados indios navajos, si no que durante la segunda guerra sirvieron como code talkers indios de al menos 16 tribus, mientras navajos y hopis fueron asignados al servicio en el Pacífico en la guerra contra Japón, los comanches lucharon contra los alemanes en Europa, los meskwakis en el norte de África, etc…

Los locutores navajos solían tener asignados soldados como guardaespaldas, ya que debido a sus rasgos faciales eran frecuentemente confundidos por la tropa con soldados japoneses. Aunque otra de las funciones de estos guardaespaldas era evitar que los code talkers fuesen capturados y que el enemigo pudiese descifrar el código, matando a sus compañeros navajos si fuese necesario.
Los expertos japoneses nunca fueron capaces de descifrar este código, contribuyendo a la victoria de las tropas aliadas en el Pacífico.
Sin embargo, el reconocimiento de su labor no llegó hasta 1982 cuando el presidente norteamericano Ronald Reagan proclamó el 14 de agosto como el National Navaho Code Talkers Day.
En la Wesley Bolin Memorial Plaza, que se encuentra en Phoenix, la capital de Arizona, podemos encontrar una estatua conmemorativa a estos bravos soldados.