QUÉ VER EN GUÉTHARY
ESENCIA DE LA COSTA LABORTANA
Se podría decir que, en términos geográficos, los vascos somos un pueblo afortunado. En nuestra tierra se entremezclan los valles y las montañas, con afilados acantilados y bonitas playas. Y además, podemos presumir de tener dos Getarias.

Y es que además de la turística Getaria gipuzkoana, famosa por ser la cuna de Juan Sebastián Elkano, el primer hombre que circunvaló la tierra, al otro lado de la muga, existe otro pueblo con el mismo nombre y poseedor también de una belleza extraordinaria.
(Aunque la grafía en euskera sea también Getaria, a partir de ahora me referiré a ésta con su nombre en francés, Guethary, para diferenciarlas).
BREVE HISTORIA DE GUÉTHARY
El origen del nombre, parece venir del término latino «cetaria», que estaría relacionado con la industria del salazón en época romana. Y es que en Guéthary, se encontraron los restos de una fábrica de «garum» de época romana en unas obras junto a las vías del tren, además de una lápida que se conserva en el museo.
Sin embargo, otros expertos achacan la toponimia al poblamiento de estas poblaciones por parte de gascones.
Sea como fuere, lo que es innegable es la vinculación de Guethary con el mar. En su escudo se representa unos intrépidos balleneros arpón en mano mientras un vigilante les señala la ballena. Además, todavía se puede visitar la atalaya desde donde se oteaba la costa en busca de los preciados cetáceos.
QUÉ VER EN GUÉTHARY
Hoy en día, sobre el dique construido en 1891, descansan varias pequeñas embarcaciones que visten de color el puerto getariano.
Y es que a mediados del siglo XIX, un nuevo fenómeno sorprendió a los pescadores y agricultores del pueblo, cambiando para siempre la fisionomía y la economía de Guéthary, la llegada del turismo.
El tren paró por primera vez en Guethary en 1884, favoreciendo la llegada de los visitantes. Mientras, los grandes caseríos se fueron reconvirtiendo en hoteles.
Sainte Croix Gurutza Saindua
Protegez Begira zaitzu
Les marins Marinelac
En 1912 se construyó la terraza desde donde podemos disfrutar de las preciosas vistas, mientras que una cruz construida en 1881 nos recuerda la dura vida de los «arrantzales» que salían a jugarse la vida para llevar el sustento a sus familias.

Junto a la terraza, nos llamará la atención la curiosa pasarela construida en 1927 llamada «Itsasoan», que significa «en el mar», diseñada por el arquitecto regionalista Henri Godbarge.
En Guéthary, como en cualquier pueblo vasco, no podía faltar el frontón, lugar de reunión de los vecinos. El actual frontón data de 1910, construyéndose en 1926 junto a este el ayuntamiento de estilo neo-vasco.
Sin embargo, la iglesia de Guéthary se encuentra algo alejada de la costa, para encontrarla tendremos que cruzar la carretera y dirigirnos a la parte alta del pueblo.
La iglesia dedicada a San Nicolás, patrón de los marineros y los peregrinos, se construyó en el siglo XVI. Desde su imponente torre-campanario, se vigilaba atentamente los movimientos de las tropas enemigas, siempre prestos a tocar las campanas para alertar a la población de Guéthary. No en vano, los ejércitos españoles arrasaron el pueblo en 1523 y 1636, siendo ocupado en 1813 por las tropas al mando del duque de Wellington.
Si queremos conocer más sobre el pasado de Guethary, además de disfrutar de una exposición sobre arte moderno y contemporáneo, deberemos visitar su museo. Ubicado en la villa Saraleguinea, el museo se encuentra actualmente cerrado debido a un incendio, aunque volverá a abrir sus puertas en el 2019.
Resumiendo, la pequeña localidad de Guéthary merece ser visitada y conocida. Ya sea con buen o mal tiempo, es una gozada contemplar a los surfistas mientras tomamos una cerveza fresquita o un café calentito desde alguna de sus terrazas.
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