HOTEL HEREDAD DE UNANUE
EL LEGADO DE CUATRO SIGLOS DE HISTORIA
Debido al boom turístico que está conociendo San Sebastián durante los últimos años, la oferta hotelera de la ciudad es amplísima, y no tiene visos de decrecer a corto plazo. Entre los hoteles donostiarras se encuentran auténticas joyas de la Belle Epoque como el hotel María Cristina o palacetes del siglo XIX, e incluso se están acondicionando antiguos conventos para crear establecimientos hoteleros.
Sin embargo, no todos los hoteles de la ciudad pueden presumir de albergar entre sus muros, más de cuatro siglos de historia.
En el barrio de Añorga, a menos de 10 minutos del centro de Donosti, se encuentra el caserío Unanue zar. Zar proviene de la palabra zahar, que significa viejo o antiguo en euskera. Y eso, en un país donde los caseríos que salpican sus montes son centenarios, es cuanto menos indicativo de la antigüedad del lugar.
En la libro Nobiliario de los palacios, casas solares y linajes nobles de la provincia de Guipuzcoa, se refiere a los Unanue como una de las casas solares más antiguas de San Sebastián, cuyos miembros guerrearon al servicio de los reyes castellanos y participaron en la reconquista de muchas plazas conquistadas por los sarracenos.
El académico Manuel Lekuona, se refiere en sus obras a Unanue Zar, como una antigua casa-torre. Y no sería de extrañar, ya que aunque en los estudios arqueológicos, la fábrica del edificio se haya datado entre finales del siglo XV o principios del XVI, fue en esta época de transición cuando los reyes católicos pacificaron el territorio vasco enviando a los violentos líderes de los bandos Gamboínos y Oñacinos a la frontera de Granada. Siendo las casa-torre de los caudillos banderizos derribadas o desmochadas para convertirlas en residencias rurales.
Lo que ha quedado claro de los trabajos arqueológicos, es que Unanue Zar funcionaba como un caserío-lagar, donde se producía la sidra tan preciada por los marineros vascos y que evitó el tan temido escorbuto en sus expediciones a Groenlandia y Terranova.
Desde sus vetustos muros y sus añejas ventanas, sus moradores contemplaron los numerosos sitios a la que fue sometida la plaza militar de San Sebastián, y desde aquí, observaron horrorizados la quema y destrucción de la ciudad en 1813 a manos del ejército anglo-portugués.
Las guerras carlistas que asolaron estas tierras durante el siglo XIX, también dejaron su huella en Unanue Zar. Uno de los principales objetivos del ejército carlista era la toma de la liberal San Sebastián, así que el ejército carlista se asentó en el barrio de Añorga, siendo Unanue Zar ocupado por un destacamento absolutista, como nos ha llegado por la tradición oral de sus moradores.
Además desde las vistas despejadas de Unanue Zar, se divisa claramente el fuerte liberal de Oriamendi, donde se produjo una de las batallas más emblemáticas de la Primera Guerra Carlista.
Sin embargo, no fueron las guerras las que acabaron con el caserío, si no un incendio producido en el año 2003. Por suerte para todos, Unanue Zar ha vuelto a resurgir de las cenizas siendo reconvertido en el hotel Heredad de Unanue, por lo que tenemos la oportunidad de visitar y conocer esta joya del patrimonio gipuzkoano.
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