IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN DE LEGAZPI LA BASÍLICA DE LA VILLA FERRONA
En el centro de la villa ferrona de Legazpi, y pegando a su casa consistorial, destaca la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, de grandes proporciones y planta basilical.
Sin embargo, si accedemos a su interior, nos veremos aún más sorprendidos por el gran retablo mayor y las altas columnas renacentistas que sustentan las bóvedas de estilo gótico.
HISTORIA DEL TEMPLO
Desconocemos los orígenes del primitivo templo parroquial de Legazpi, aunque lo más posible es que tuviese su origen en la Baja Edad Media.
Lo que si conocemos gracias a los documentos, es que ya existía en el siglo XV, y que los vecinos del valle solían reunirse junto a ella para tomar importantes decisiones.
También conocemos su descripción gracias al testimonio escrito de los maestros que debieron reconstruirla en el siglo XVIII. El anterior templo estaba formado en su mayor parte por madera, aunque algunos tramos del exterior estaban levantados con sillares y otras interiores, con mampostería. Por lo tanto estaríamos ante un templo humilde.
Sin embargo, debido a que Legazpi se encontraba avecindado a la villa de Segura, parte de las primicias y diezmos de los habitantes del valle, acababan en la villa amurallada del Alto Oria, sin olvidar que el Señor de Lazcano también reclamaba su parte del pastel.
Es por ello, que Legazpi no disponía del dinero suficiente para acometer las reparaciones y el mantenimiento necesario del templo, por lo que para finales del siglo XVII la madera se encontraba en tan mal estado que los feligreses sufrían las inclemencias meteorológicas durante los oficios religiosos.
Obligados por la penosa situación de su templo, los habitantes de Legazpi, consiguieron en 1698 el permiso para derribar el templo parroquial y comenzar las obras de un nuevo y mayor edificio.
No sin grandes sacrificios económicos, las obras pudieron comenzarse el año 1700, siguiendo un proyecto del maestro Lucas de Longa
Aunque las obras se alargaron durante todo el primer tercio del siglo XVIII, el resultado fue un templo que nada tenía que envidiar a los de otras poblaciones.

ARQUITECTURA DE LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN DE LEGAZPI
Vista desde el exterior, destaca su torre campanario, construida por el maestro cantero Pedro Carrera. El pórtico construido por el hijo de éste, Martín Carrera y la portada de la entrada principal al templo.
En su fachada, también encontraremos tesoros como la ventana gótica adornada con grabados astrolásticos, vestigios del anterior templo o la portada renacentista.
El retablo mayor, de estilo barroco, sorprende por su gran tamaño, por su policromía y por el minucioso trabajo que realizó en la madera el maestro Pedro Quintana.
En su interior, las seis altas columnas que sostienen las bóvedas cuentan con la particularidad de que los nervios arrancan directamente de la misma columna, cuando lo normal es que lo hagan desde un capitel.
A cada lado del gran retablo mayor, hay sendas capillas, entre unas que destaca la de la Santa Cruz, donde podremos ver una representación del milagro de Mirandaola.
Sobre el altar de la izquierda se encuentra otra de las reliquias que guarda esta iglesia, un antiguo crucero donde se representa de forma tosca a Jesucristo crucificado, junto a San Juan Bautista y la Virgen. Es posible que este crucero estuviese originalmente presidiendo el altar del primitivo templo.
Junto a las muros laterales podremos ver cuatro túmulos, uno del solar de Eloiregi, otro del solar Bikuña y dos sin identificación. Y es que no debemos olvidar que antiguamente los fallecidos se enterraban en el interior de la iglesia parroquial, siendo estos nichos unas de la posesiones más importantes para las familias legazpiarras.
Como vemos, la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción de Legazpi, es un fiel reflejo de la historia de esta villa del Alto Urola, que luchó durante gran parte de su historia por dominar el hierro y zafarse del yugo de otras villas más importantes.
Bibliografía,:
- HISTORIA ECLESIÁSTICA DE LEGAZPI
(en el obispado de Pamplona) Y NUEVAS APORTACIONES SOBRE LA HISTORIA MEDIEVAL DE LA POBLACIÓN
Antonio Prada Santamaría