LOS SECRETOS DEL PONT NEUF DE PARÍS
Testigo pétreo de la historia de la ciudad durante los 400 últimos años, el Pont Neuf, o Puente Nuevo de París ha visto pasar a cientos de miles de parisinos anónimos y algunos ilustres a lo largo de su dilatada vida. Pero no nos debemos dejar engañar por su nombre, ya que el Pont Neuf se trata en realidad del puente más antiguo de la ciudad.
Levantado entre 1578 y 1607 por orden del rey Enrique III de Francia, quien colocó la primera piedra el 31 de mayo de 1578, su construcción supuso una auténtico acontecimiento en la ciudad, ya que anteriormente todos los puentes eran de madera y tenían casas sobre ellos. Pero además de ser edificado en piedra, otra de las novedades fue que se construyeron las primeras aceras de París para separar a los viandantes de los carruajes, algo que nos puede parecer una nimiedad pero que fue una revolución arquitectónica para aquella época.
La construcción del Pont Neuf de París se finalizó durante el reinado de Enrique IV de Francia, que pasó a ser conocido por los franceses como el Buen Rey, y por el resto de los mortales, por su famosa frase: París bien vale una misa (no os olvidéis de repetirla varias veces durante vuestro viaje a París para haceros los interesantes).
Tras su muerte, su viuda, María de Médici, ordenó que se construyera una estatua en honor a Enrique IV en mitad del puente. Estatua que fue destruida durante la Revolución Francesa. La estatua actual, fue construida en 1818 e inaugurada el 25 de agosto de ese año.
Otra de las curiosidades del Pont Neuf, es que se encuentra adornado con 381 mascarones creados por Germain Pilon (1528-1590), uno de los mejores escultores del Renacimiento francés. Entre los años 1852 y 1855, todas los mascarones fueron retirados y sustituidos debido a la erosión producida por el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas, sin embargo, algunos de los mascarones originales aún se pueden ver en el museo Carnavalet.
En una de las paredes del puente, una plaquita hace referencia a un luctuoso pasaje de la convulsa historia que ha vivido la capital francesa, la matanza de San Bartolomé. Este terrible acontecimiento, que se engloba dentro de las guerras de Religión que desangraron Francia en el siglo XVI, comenzó la noche del 23 de agosto de 1572 con el asesinato de varios nobles hugonotes (protestantes franceses) en el palacio del Louvre, seguido por la persecución y matanza de miles de protestantes en París y otras ciudades francesas. Curiosamente, uno de los pocos nobles protestantes a los que se le perdonó al vida fue a Enrique de Navarra, el futuro rey Enrique IV de Francia.
¿Un cocodrilo bajo el Pont Neuf?
En 1984, trabajadores que se encontraban trabajando en el alcantarillado que pasa por debajo del Pont Neuf, se encontraron con lo que parecía ser una especie de gran lagarto. Alarmados, avisaron a la policía y a los bomberos, que consiguieron capturar a un cocodrilo del Nilo, de menos de un metro de largo, que seguramente habría sido abandonado por su irresponsable dueño. El cocodrilo, que resultó ser una hembra, fue trasladado al acuario de Vannes, a 500 metros de París, convirtiéndose en la estrella del zoo.
La plaza Vert-Galant
Si descendemos por las escaleras que hay junto al Pont Neuf, podremos llegar a una de las plazas más encantadoras de París, la plazoleta Vent-Galant, llamada así en honor a Enrique IV, que tenía fama de tener multitud de amantes.
Este curioso rincón de París, fue creado con la unión de tres pequeñas islas, entre ellas la isla de los judíos, donde fue quemado el 18 de marzo de 1314 el último maestre de la orden del temple, Jacques de Molay.

UBICACIÓN:
Tuve la gran suerte de poder visitar París, había sido mi sueño más anhelado, de lo primero que fuimos fue precisamente al Pont Neuf, lo había visto en libros , películas etc, pero su magia y encanto me enamoraron. Al bajar las escaleras donde esta la tarja que recuerda la Noche de San Bartolome, quede fascinada al descubiri una valla donde decía que allí había sido quemado el ultimo templario , y que el jardín que hay a continuación era lugar de citas del Rey Enrique IV, creo ha sido uno de los días mas felices de mi vida: París , bien vale una misa!
Muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotr@s.
En mi opinión, París es una de esas pocas ciudades mágicas (junto con Roma o Estambul) que han atraído al ser humano desde hace siglos, estableciéndose en ella reyes y emperadores y dejando en cada esquina la impronta de hechos sorprendentes.
¡Un abrazo!