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QUÉ VER EN HARO, CUNA DEL RIOJA.
Haro, la ciudad más importante de la Rioja Alta, es conocida por ser la capital del vino de Rioja, siendo visitada cada año por miles de personas que llegan hasta aquí para probar sus famosos caldos y descubrir su patrimonio.
Con la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo, y lugares asombrosos como la ermita de San Felices, Haro es el destino ideal para los amantes del vino que además quieren disfrutar de un patrimonio arquitectónico y religioso sorprendente.
BREVE HISTORIA DE HARO
La ciudad de Haro, se encuentra protegida al norte por la Conchas de Haro, posición estratégica sobre el río Ebro que ha sido vigilada y controlada desde hace siglos por un castro romano primero y un castillo de origen medieval después. Y es que parece ser, que los primeros habitantes de estas tierras fueron los berones, pueblo celta o celtíbero, del que se hayan los restos de un supuesto santuario entre Haro y Briñas.
La historia de Haro está unida a su condición de tierra fronteriza. En los riscos del monte Bilibio, junto a la ermita de San Felices, aún se pueden ver los restos de un castillo que se construyó para resistir a la conquista árabe.
Haro fue fundada por reyes navarros, creyéndose que fue Sancho Abarca el primero en poblar estas tierras. El 15 de septiembre de 1054, se produjo la batalla de Atapuerca entre García Sanchez III y el rey castellano Sancho III el Mayor. La victoria de los castellanos les otorgó la posesión de varias plazas, entre ellas las de Haro.
El tercer señor de Bizkaia, Diego López I de Haro, pobló la villa y además unió a su nombre y a el de sus descendientes el apellido toponímico de » Haro». La lealtad de los pobladores de Haro a sus señores, quedó demostrada cuando López Díaz III de Haro fue asesinado por Sancho IV de Castilla, refugiándose gran parte de la población en el castillo de Haro y aguantando 2 meses de asedio, hasta que finalmente la villa fue tomada en 1288, siendo sus murallas derribadas y la población saqueada.

Cuando a comienzos del siglo XVIII, estalló la Guerra de Sucesión Española, Haro se posicionó a favor del bando de Felipe V, hospedándose su esposa, la reina Maria Luisa Gabriela de Saboya y al príncipe en Haro. Tal muestra de lealtad le valió a Haro obtener al final de la contienda el título de Muy Noble y Muy Leal.
Durante la Guerra de Independencia, los franceses ocuparon Haro, albergándose las tropas en el convento de San Agustín y visitando José Bonaparte la villa el 4 de septiembre de 1808.
Pero aunque finalmente se consiguió expulsar a las tropas napoleónicas de España, el siglo XIX siguió caracterizándose por los conflictos bélicos que azotaron el país, sobre todo por las diferentes guerras carlistas que dejaron su huella en Haro.
Entre los hechos destacables, destacan la voladura de la ermita de San Felices al ser usada como polvorín en 1864 o el combate que se produjo en los alrededor del puente de Briñas en marzo de 1834, del que aún sobrevive un cenotafio en recuerdo a los voluntarios liberales fallecidos.
Y aunque el siglo XIX comenzó con guerra y ocupaciones, el tramo final del siglo fue especialmente benigno con Haro, con acontecimientos como la inauguración de la estación de tren en 1880, la llegada de vinateros franceses que abrieron grandes almacenes, la llegada del alumbrado público eléctrico en 1890, siendo una de las primeras poblaciones españolas en instalarlo, y ser nombrada ciudad por la Reina Regente María Cristina.

QUÉ VER EN HARO
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La Herradura
Uno de los principales atractivos de Haro, es su zona de tapas conocida popularmente como «La Herradura», por la disposición paralela de las calles Santo Tomás y San Martín y que forman la imagen de una herradura. Aquí encontraremos multitud de bares y restaurantes donde saciar nuestra sed y apetito antes, durante o después de descubrir el patrimonio de la «villa jarrera».
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Ayuntamiento de Haro
El ayuntamiento de Haro es sin duda el edificio más icónico de la ciudad. Construido durante el reinado de Carlos III, en su diseño participó Ventura Rodriguez, arquitecto real responsable de entre muchas obras de la fuente de Cibeles o la fachada de la catedral de Pamplona.
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Torre-fuerte de Haro
Muy cerca de la céntrica plaza de la Paz, donde se encuentra el ayuntamiento, se encuentra uno de los últimos vestigios del baluarte de Haro. Se trata de uno de los torreones del siglo XIV de la antigua muralla, que actualmente alberga un museo donde se expone una colección de Arte Contemporáneo.
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Puertas de las murallas
En las murallas de Haro, había documentadas tres puertas, de las que actualmente quedan dos, la de San Bernardo y la de Santa Bárbara.

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Teatro Bretón de los Herreros
Haro puede presumir de contar con un histórico teatro que se construyó en el edifico de la antigua iglesia del convento de los Agustinos. El teatro se inauguró en 1840 y aún hoy se puede disfrutar de la oferta cultural que incluyen obras te teatro, sesiones de cine y exposiciones.
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Los palacios de Haro
Las calles de Haro se encuentran jalonadas de señoriales palacios erigidos entre los siglos XVI y XVIII. Algunos de ellos lucen elegantes fachadas neoclásicas o recargadas fachadas barrocas.

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Barrio de la Estación de Haro
A finales del siglo XIX, una serie de factores, como el ataque del hongo oídio y de la filoxera a los viñedos franceses, y la llegada del tren a Haro, propiciaron que se comenzase a producir y a venderse el vino de la zona en grandes cantidades.
Más tarde, varios empresarios se vieron atraídos por la bonanza del sector vinícola en Haro creando bodegas en el Barrio de la Estación. Aún hoy, podemos visitar y conocer muchas de estas bodegas centenarias, siendo uno de los mejores planes que podemos realizar en Haro.
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Puente de Briñas
Aunque su origen parece remontarse al siglo XIII, fue reformado a lo largo de los siglos debido a su importancia ya que antiguamente era uno de los pocos puentes de La Rioja que cruzaban el río Ebro. El puente cuenta con 7 ojos y mide 150 metros.
QUÉ VER EN HARO. PATRIMONIO RELIGIOSO
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Ex-convento de San Agustín (Actualmente Hotel Los Agustinos)
Fundado en 1373, el histórico convento de los agustinos de Haro se encuentra ocupado actualmente por el hotel más lujoso de la ciudad. Después de varios siglos de funcionamiento, en el siglo XIX comenzó el declive del convento al ser ocupado y usado como hospital militar durante la guerra de la Independencia.Posteriormente el convento paso a ser propiedad del ayuntamiento, haciendo las funciones de cárcel y casa de beneficencia.
Las inscripciones del antiguo monasterio de los Agustinos de Haro
En las paredes del claustro se pueden leer numerosas inscripciones que realizaron los presos durante su cautiverio. Antes de empezar nuestra ruta por Haro, una buena idea es tomarse un café en la cafetería del hotel rodeados de siglos de historia.
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Parroquia de Santo Tomás
La construcción de la parroquia de Santo Tomás, comenzó a principios del siglo XIV, contando con la participación de uno de los mayores maestros del renacimiento español, el escultor de Borgoña, Felipe Bigarny, que construyó la portada principal y el retablo mayor.

A principios del siglo XVI, se comenzó a derribar la iglesia primigenia, aunque se conservó la portada principal del maestro Bigarny. En su interior sobresale el retablo mayor, que fue construido en estilo barroco en la primera mitad del siglo XVIII y es el más grande de La Rioja.
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Basílica de la Virgen de la Vega
Aunque sus orígenes se remontan al siglo X, el actual edificio es de estilo barroco siendo construido en el siglo XVIII. En su interior destaca el retablo mayor erigido en 1740 y los frescos de las bóvedas.

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Ermita de San Felices
A 6 kilómetros al norte de Haro, una carretera entre viñedos nos conduce a uno de los rincones más espectaculares de La Rioja, la ermita de San Felices. Desde el aparcamiento, un sendero nos lleva hasta la ermita construida en 1710 en lo alto de uno de los Riscos de Bilibio en honor de San Felices, ermitaño que se retiró a estas peñas en el siglo V y que fue maestro de San Millán.
La ermita sufrió graves destrozos al explotar un polvorín que aquí se encontraba durante la tercera guerra carlista, pero fue reconstruida en 1862 primero y en 1942 después.
La gran estatua de piedra que representa a San Felices con un libro abierto, fue inaugurada en 1964.
