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QUÉ VER EN LEKEITIO. BELLEZA MARINERA Y CARÁCTER EUSKALDÚN.
Lekeitio se encuentra en el extremo nororiental de Bizkaia, en la desembocadura del río Lea, y protegido por la isla de San Nicolás al Norte y los montes Otoio al Oeste y Lumentza al Este.
HISTORIA DE LEKEITIO
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Prehistoria
En Lekeitio, se encuentran varias cuevas y simas donde se han realizado numerosos hallazgos.
junto a Lekeitio, en el monte Lumentza y a 111 m s.n.m. se encuentra la cueva de Lumentza, también conocida como Calvario. Descubierta en 1921 por José Miguel de Barandiarán, en ella se han encontrado restos que van desde el Paleolítico Superior hasta el Bajo Imperio Romano.
En el promontorio rocoso de Antzoriz, donde se ubican el faro y la ermita de Santa Catalina, existen varias cuevas y simas, algunas de gran valor arqueológico. Como la de Santa Catalina I, donde se han hallado restos de los períodos Magdaleniense y Aziliense, y donde se ha documentado el testimonio más antiguo de pesca en Europa.
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Edad Antigua.
Gracias a los numerosos hallazgos encontrados (restos cerámicos, ladrillos, monedas, etc…) sabemos que en Lekeitio hubo un asentamiento romano, creyendo los expertos (a esperas de nuevos hallazgos arqueológicos) de que incluso pudo contar con puerto, aunque los restos de éste quedarían sepultados bajo la muralla medieval. Lo más plausible, es que el primer asentamiento se realizó a mediados del siglo I d.C. y que para principios del siglo II d.C. Lekeitio ya contaba con una implantación romana sólida, que duraría hasta el siglo V d.C. cuando las invasiones bárbaras (como el ataque a las costa cantábrica de la tribu germánica de los hérulos, entre otros) acabaron con el Imperio Romano de occidente, obligando seguramente a los pobladores de Lekeitio a resguardarse en las montañas del interior
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Edad Media.
En torno a los siglos IX y X, hay indicios de que Lekeitio se volvió a poblar, tal vez cuando las costas cántabras se empezaron a librar de los ataques de los vikingos y los pobladores de las montañas vieron más seguro volver a la costa.
Durante la Edad Media, los monarcas navarros y castellanos fijaron su vista en la costa cantábrica, creando villas marineras para poder dar salida a los productos de sus reinos, como la importante lana de Castilla.
Fundación de Lekeitio
El primer pueblo costero que se fundó en Bizkaia, fue el de Bermeo en 1236, lo que le otorgó una posición privilegiada. Sin embargo, entre 1299 y 1327, se fundaron otras cinco villas en la costa bizkaina, entre ellas la de Lekeitio en 1325.
Ya en 1324, el rey Alfonso XI de Castilla, otorgó a Lekeitio algunos derechos de los que ya poseía Bermeo con anterioridad, lo que nos indica que ya existía una importante comunidad de pescadores y mercaderes en Lekeitio antes de ser fundada como villa un año después de mano de María Díaz de Haro (1270-1342) señora de Bizkaia.
Gracias a los privilegios obtenidos de la señora de Bizkaia, Lekeitio vivió un rápido crecimiento sobre todo en el sector pesquero y mercantil, ya que además, hasta la fundación de Ondarroa en 1327, era el único puerto entre Bermeo y Mutriku.
Pronto, la muralla que defendía el núcleo primitivo de Lekeitio quedó pequeña debido al crecimiento demográfico y la creación de nuevas calles y viviendas, por lo que el rey Alfonso XI, concedió una autorización en 1334 para levantar una segunda muralla que protegiese a los nuevos habitantes.
En 1440, un gran incendio destruyó gran parte de las casas de Lekeitio, construidas con madera, por lo que al acercarse el final de la Edad Media, se decidió levantar un gran muro cortafuegos de siete metros de altura. Finalmente, se construyó una tercera muralla que englobaba las dos anteriores y los nuevos arrabales.
Mientras tanto, el poderío marinero seguía creciendo, siendo prueba de ello de que al menos tres marineros de Lekeitio participaron en la expedición comandada por Cristóbal Colón en la que se realizó el «descubrimiento» de América.
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Edad Moderna.
Tanto los siglo XVI y los siglos XVII estuvieron bajo la batuta del dios de la Guerra. Al Imperio español, le salían poderosos enemigos, y una de las zonas más expuestas a los ataques de ingleses, holandeses y franceses era la costa vasca. El puerto de Lekeitio fue fortificado, y se levantaron nuevos tramos de muralla, como en 1686, cuando se protegió la Plaza Mayor con un muro con troneras para colocar la artillería. Incluso algunas de las ermitas de Lekeitio se convirtieron en almacenes militares, suscitando las protestas del clero. Como cuando en 1780 el procurador episcopal denunció al ayuntamiento por haber profanado las ermitas de San Juan evangelista y Santa Catalina y utilizarlas de almacén de pólvora y balas.

Mientras tanto, la actividad económica de Lekeitio seguía centrada en el mar, dedicándose sus vecinos a la pesca, la caza de la ballena e incluso al corso.
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Edad Contemporánea
Durante el siglo XIX, Lekeitio también se vio sumido en los diferentes conflictos que salpicaron el país. Si durante la guerra de la Convención, Lekeitio sufrió mejor suerte que su vecina Ondarroa, que fue ocupada e incendiada por los franceses el 28 de agosto de 1704 (aunque al día siguiente las tropas establecidas en Lekeitio pudieron recuperar Ondarroa), durante la guerra de la Independencia, Lekeitio si que sería ocupada por tropas napoleónicas. En 1811 una guarnición de 300 soldados franceses se estableció en Lekeitio, encuartelándose en la casa, colegio y la iglesia de los Jesuitas. En junio de 1812, se produjo una batalla en la localidad costera, entre soldados franceses y guerrilleros apoyados por buques de la armada inglesa. El resultado fue la rendición de la guarnición francesa y su apresamiento por parte de los ingleses, resultando destruido el colegio de los Jesuitas, aunque por suerte la iglesia corrió mejor suerte llegando hasta nuestros días.

Todas las defensas costeras de las que disponía Lekeitio fueron destruidas, bien por los ocupantes franceses o bien por los guerrilleros o los aliados ingleses. Sin embargo, cuando estalló la primera guerra carlista, los liberales fortificaron Lekeitio recuperando algunas de estas defensas, aunque la plaza pasaría a manos carlistas, situación que se repetiría en la última guerra carlista.
LEKEITIO, LUGAR DE VERANEO DE LA REALEZA
Y curiosamente, Lekeitio, donde la mayoría de la población no ocultaba su simpatía por la causa carlista, fue elegido por la reina Isabel II, cuyo nombramiento había ocasionado aquella guerra civil, como lugar de veraneo, con la consiguiente llegada de multitud de miembros de la aristocracia, el gobierno y la prensa.
Tras un largo paréntesis, en que la reina tuvo que exiliarse a Francia mientras se encontraba veraneando en Donostia, debido a la Revolución de la Gloriosa en 1868, Isabel II volvería a veranear en la localidad costera, ya como reina-madre de Alfonfo XII.
Sin embargo, Isabel II no fue la única celebridad que pasó por la bella localidad bizkaina, ya que años después la última emperatriz del Imperio austro-hungaro, Zita de Borbón y Parma, vivió con sus siete hijos en Lekeitio. La viuda de Carlos Francisco José, fue invitada a residir en Lekeitio por la Familia Real española, viviendo en el palacio de Uribarren de 1922 a 1929, y llegando incluso algunos de sus hijos a aprender euskera.
Hoy día, Lekeitio sigue conservando su alma marinera, siendo uno de los pueblos más bonitos de la costa vasca.
QUÉ VER EN LEKEITIO.
QUÉ VER EN LEKEITIO. PATRIMONIO RELIGIOSO.
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Ermita de San Juan Talako.
Ubicada junto al mar, muy cerca del puerto, se encuentra la ermita de San Juan Talako. Su nombre (San Juan de la Atalaya) puede que haga referencia a que en su misma ubicación hubiese una atalaya de señalización para los barcos.
Aunque hay constancia de su existencia desde al menos el siglo XVI, la anterior ermita resultó destruida por un terremoto por lo que fue levantada de nuevo en 1772. En su interior, se conserva una talla de San Juan Bautista.
Antiguamente, existía la tradición de llevar a esta ermita a los niños que lloraban mucho, ritual que había de realizarse nueve días seguidos.
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Iglesia de San José.
Para conocer el origen de la iglesia de los Jesuitas de Lekeitio, debemos retroceder a 1674, año en que el capitán Joseph de Mendiola, construyó un palacio que más tarde donaría a la compañía de Jesús para construir un colegio. El capitán y su mujer, también donaron una importante cantidad económica para la construcción de una iglesia contigua, que fue terminada en 1731 (aunque la obras se alargarían unos años más). El colegio de los Jesuitas fue destruido durante la guerra de la Independencia, aunque por suerte la iglesia ha perdurado hasta nuestros días.
En su construcción, participaron varios arquitectos de la Compañía que llegaron desde Loiola, e incluso al finalizar cada año, la obras eran supervisadas por el maestro Ignacio de Ibero (autor de obras tan importantes como la basílicas de Loiola o la de Santa María en Donostia).
El interior de la iglesia consta de una sola nave dividida en tres tramos, con capillas entre los contrafuertes, destacando su bonita fachada barroca.
También es de destacar en su interior, el espléndido mausoleo dedicado a José Javier Uribarren y Jesusa Aguirrebengoa, encargado por el ayuntamiento de Lekeitio.
El mausoleo, fue realizado por los escultores Bernabé Garamendi y Serafín Basterra en 1886 y colocado en uno de los laterales de la iglesia.
Sobre los yacientes, un ángel sujeta sendas coronas, estando rodeados por las figuras de un anciano y una niña rezando, que simbolizan las personas beneficiadas por las obras de caridad que realizó esta pareja.
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Convento de Santo Domingo
Fundado en 1368, por Juana Ibáñez de Arsuaga, natural de Bermeo, el convento de Santo Domingo de Lekeitio es el segundo más antiguo de Bizkaia, por detrás del de los franciscanos de Bermeo, fundado en 1357.
Rodeado por las murallas medievales de la villa, el convento fue reconstruido después de los grandes incendios de 1442 y 1595.
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Ermita de Santa Catalina de Antzoriz
Situada junto al faro de Santa Catalina, se conservan los restos de la ermita de Santa Catalina de Antzoriz. Aunque se desconoce la fecha de su fundación, hay noticias de ella desde finales del siglo XV. Dentro de ella se veneraba un Cristo de piedra que actualmente se conserva en el Museo Diocesano de Bizkaia, y una imagen de Santa Catalina que se conserva en la ermita del Santo Cristo de la Piedad.
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Ermita del Santo Cristo de la Piedad
Originalmente construida extramuros de la villa medieval, el actual templo se construyó en 1671.
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Basílica de Santa María de la Asunción de Lekeitio.
Con el ábside mirando al mar, como si la proa de un gran navío de piedra a punto de ser botado se tratara, la iglesia de Santa María de Lekeitio, destaca entre el resto de edificaciones de la villa marinera.
Sus origines se hunden en las arenas de las leyendas, como la que cuenta que la virgen de la Antigua, apareció varada en la playa, y que allí mismo, se decidió construir un santuario para venerar la imagen mariana, que sería el antecesor del actual templo.
Algunos autores, sitúan la consagración del templo en el año 1287, mientras que otros, manejando los pocos documentos fiables que existen, la sitúan en el año 1361.
La pujanza económica de Lekeitio en los siglos XV y XVI, se vio reflejada en la basílica de Santa María de la Asunción, que fue reconstruida y ampliada. Incluso, a finales del siglo XIX, la iglesia fue nuevamente remodelada gracias al patronazgo de Pascual Abaroa.
Como fruto de todas las intervenciones que ha sufrido año largo de los siglos, nos encontraremos con un magnífico templo donde predomina el estilo gótico tardío, y que se encuentra rematado con un soberbia torre-campanario barroco construido en 1734.
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Retablo de la Capilla Mayor de la Basílica de Santa María de la Asunción.
En el interior de la Basílica de Santa María de la Asunción de Lekeitio se guarda una de las joyas de la villa marinera, su gran retablo gótico del siglo XVI, considerado como uno de los más grandes del país.
Esta gran obra de arte, mide 12.50 metros de alto por 9.50 de ancho, ricamente decorado, que sirve como telón de fondo a la talla de la virgen del siglo XIV.
QUÉ VER EN LEKEITIO. PATRIMONIO CIVIL.
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Ayuntamiento de Lekeitio
Construido a principios del siglo XVIII, en estilo barroco, el edificio de planta trapezoidal cuenta con cuatro arcos de medio punto, luciendo en su fachada los escudos de Lekeitio, Bizkaia y España y la siguiente inscripción:
«REGES DEBELLAVIT HORRENDA CETTE SUBJECIT TERRA MARIQUE POTENS / LEQUEITIO«. Es decir: «Lekeitio potente por tierra y por mar captura reyes y horrendos cetáceos«.
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Torre fuerte y palacio de Uriarte
Hubo un tiempo, en el que sobre la villa medieval de Lekeitio, sobresalían las imponentes casas-torre de los jauntxos del pueblo, también conocidos como parientes mayores. Durante el medievo, estos señores de la guerra desangraron el territorio vasco.
Aunque la mayoría de las torres fueron desmochadas o derribadas, algunas de ellas fueron transformadas en palacios, como la del palacio de Uriarte.
La torre de 20 metros de altura, se encuentra rodeada de un palacio de estilo barroco, convirtiéndola en un complejo monumental bastante singular y digno de ver.
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Puerto de Lekeitio
Construido a finales del siglo XIX, en el puerto de Lekeitio conviven embarcaciones de recreo con barcos de pesca, conservando su alma marinera, y ese olor a «kresala» tan característico de los pueblos costeros de Euskal Herria.
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Faro de Santa Catalina
Situado en el cabo Antzoriz, también conocido como cabo de Santa Catalina por la ermita que hay en el promontorio rocoso, el faro de Santa Catalina fue levantado en 1862.
Después de funcionar con aceite primero, y acetileno después, hasta que en 1957 empezó a funcionar con electricidad.
Hoy día, el faro de Santa Catalina alberga el centro de interpretación de la técnica de la navegación, siendo el primer faro en ser acondicionado para las visitas de Euskadi.
QUÉ VER EN LEKEITIO. PATRIMONIO NATURAL.
Además de la riqueza monumental de Lekeitio, este bonito pueblo bizkaino nos ofrece una postal deliciosa, donde se abrazan el mar con los montes.
- Isla de Garraitz o San Nicolás.
Como un vigía que no pierde de vista el horizonte, la isla de Garraitz lleva siglos vigilando la vida de los habitantes de Lekeitio.
También conocida como isla de San Nicolás, ya que en ella hubo una ermita con ese nombre, la isla también fue habitada durante un tiempo por los monjes franciscanos, quienes fundaron un convento. Además de todo esto, la isla también fue utilizada como lazareto para los enfermos contagiosos que debían estar en cuarentena.
Una de las mejores opciones para descubrir este mágico rincón de Lekeitio, es esperar a que baje la marea para acceder hasta ella, pero tened cuidado a no quedaros aislados en ella como los religiosos que buscaban alejarse del mundanal ruido.
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Playa de Isuntza
La playa de Isuntza se encuentra junto al puerto y el casco urbano de Lekeitio, siendo uno de los grandes encantos de la villa costera.
En definitiva, sobran los motivos para acercarnos a conocer uno de los pueblos con más caracter y más bellos de la costa vasca, y conocer de primera mano el significado de la palabra «kresala«, que en Lekeitio cobra un especial significado.
Enlaces de interés sobre Lekeitio:
Para más información sobre Lekeitio, no dudéis en acudir a su oficina de turismo: https://lekeitioturismo.eus/es/
UBICACIÓN DE LEKEITIO:
QUÉ VER CERCA DE LEKEITIO
- ONDARROA
Qué ver en Ondarroa. Un bonito pueblo costero que cuenta con un curioso cortejo fantasmal.
- MUNDAKA
Qué ver en Mundaka. Un bonito pueblo de leyenda engarzado en la Reserva de Urdaibai.
- BERMEO
Paseando por la historia de Bermeo. Qué ver en uno de los pueblos más bonitos de la Costa Vasca.