QUÉ VER EN MURANO: BASÍLICA DE SANTA MARÍA Y SAN DONATO
LA AUTÉNTICA JOYA DE MURANO
Cuando viajamos a la isla de Murano, seguramente lo hagamos atraídos por la fama de sus virtuosos sopladores de vidrio y la belleza de los objetos de cristal que fabrican. Si además, disponemos del tiempo suficiente, deberemos conocer su patrimonio, en el que destaca la basílica de Santa María y San Donato.
La primera mención escrita a la isla de Murano data del año 840, año en que se firmó el tratado de paz entre el Duque de Venecia y el emperador Lotario. Cuando se firmó este documento ya existía una primitiva basílica dedicada a la virgen María, siendo el único templo que había en la isla.
En el año 1125 fue trasladado a la basílica el cuerpo de San Donato, obispo de Ebria, que vivió en el siglo IV. Además de los supuestos restos del dragón que supuestamente mató el obispo, lo que le otorgó más «caché» a la basílica.
Durante la primera mitad del siglo XII la basílica fue reconstruida, adquiriendo su forma actual que consta de tres naves, transepto transversal y ábside de estilo bizantino.
El campanario se encuentra separado del templo. En el siglo XIX la basílica fue nuevamente reconstruida, ya que una mala remodelación anterior la había condenado al derrumbe.
Las tres naves del interior están divididas por capiteles corintios, aunque deberemos bajar la cabeza para descubrir otra de las curiosidades que guarda la basílica: los mosaicos realizados con piezas de mármol policromado y que representan motivos geométricos y animales como representaciones alegóricas.
UBICACIÓN DEL DUOMO DE MURANO:
Campo San Donato, 11, 30141 Venezia, Italia
HORARIO:
Lunes a sábado: 9.00-12.00/ 15.30-19.00
Domingo. 15.30-19.00
