LA CIUDADELA DE AMÁN
UNO DE LOS LUGARES HABITADOS EN CONTINUO MÁS ANTIGUOS DEL MUNDO
En el centro de Amán, la capital jordana, y en lo alto de una de las siete colinas que componían originalmente la ciudad, se encuentra la ciudadela, la antigua acrópolis de la Filadelfia grecorromana.
Habitada continuamente desde el neolítico, diferentes pueblos han dejado las huellas de su paso por este lugar. En este impresionante museo al aire libre, se pueden visitar desde cuevas de la edad del bronce hasta los restos del palacio Omeya. Contando además, con un pequeño museo arqueológico donde ver piezas que van desde el Paleolítico hasta la era islámica.
Durante la Edad del Hierro, los amonitas establecieron aquí la capital de su reino, que se llamaba Rabat-Amón. Posteriormente llegaron los asirios, babilonios y persas, hasta que finalmente fue conquistada por los griegos en el 331 a.C. que la llamaron Filadelfia, en honor del rey Ptolomeo Filadelfo.
Después llegaron los romanos, que dejaron numerosos vestigios tanto en la ciudadela (templo de Hércules) como en la ciudad (teatro romano).
Filadelfia cayó finalmente bajo el dominio de los musulmanes en el 661, y tuvo bastante importancia durante el Califato Omeya, pasando a denominarse Amán en el 635 d.C.
QUE VER EN LA CIUDADELA
Cueva de la Edad del Bronce.
La cueva que se puede visitar en la ciudadela data aproximadamente del 2.250 a.C. y cuenta con varias tumbas excavadas en la piedra.
Palacio amonita
Los restos de esta construcción de época amonita datan del 800 a.C.
Templo romano de Hércules
Construido durante el reinado de Marco Aurelio, entre el 162 y 166 d.C. se cree que estaba dedicado al semidiós Hércules ya que aquí se han encontrado monedas con la representación de este.
De este templo con orientación este-oeste se conservan los restos de seis columnas corintias y una mano y un codo de la estatua principal. De los restos de la estatua se desprende que esta medía unos nueve metros de altura.
En el año 749, el templo se derrumbó y la estatua quedó destruida, siendo sus restos aprovechados para sucesivas construcciones.
Iglesia bizantina
La iglesia se construyó en el 550 d.C. y tenía planta basilical con una nave central y dos laterales, además de ábside semicircular. En sus construcción se utilizaron capiteles corintios con hojas de acanto reutilizados del templo de Hércules.
Cisterna de agua de época Omeya
La cisterna se construyó en el 730 d.C. y mide 17.50 m de diámetro. Los muros de piedra tienen un grosor de 2.50 m y la superficie estaba recubierta con yeso impermeable. La cisterna podía albergar hasta 1.730 m³ de agua.
El portal monumental del Palacio Omeya
Esta era la entrada oficial del palacio donde los visitantes tenían que esperar para recibir audiencia por parte de los mandatarios de la ciudad.
El palacio era utilizado como edificio administrativo o como residencia de un alto funcionario omeya.
Museo Arqueológico de Jordania

En este pequeño museo se pueden ver piezas encontradas en la ciudadela,
así como en otras partes de Jordania.
UBICACIÓN