Ramiro I, el considerado primer rey de Aragón, murió (o fue herido mortalmente y falleció días después, según algunos autores) tratando de conquistar Graus, una población fortificada en manos de los árabes.

El monarca unió los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, por lo que se le considera como el creador del reino aragonés.

El rey navarro, Sancho el Mayor, dejó a su hijo Ramiro un territorio de 120 km², comarca situada entre el río Aragón y los valles del Roncal y de Gistaín en los Pirineos.
Encajonado entre varios reinos y condados cristianos su única salida para asegurar la expansión de su pequeño reino pasaba por arrebatarles terreno a sus vecinos sarracenos por el sur.

Para ello era indispensable tomar la fortaleza de Graus como punto de partida. Después de conquistar Benabarre, puso sitio a la fortaleza sarracena. Sin embargo, el rey moro de la Taifa de Zaragoza, Muqtadir ben Hud, acudió al auxilio de la plaza sitiada, así como el rey Sancho de Castilla, que cobraba párias de este primero. Según la leyenda un joven Rodrigo de Vivar, más conocido como el Cid Campeador, también participaría en la lucha contra los aragoneses.

El 8 de mayo de 1063, el rey Ramiro I fue muerto (o herido de muerte) delante de las murallas de Graus por un soldado sarraceno disfrazado de cristiano.

El hijo de Ramiro I, Sancho Ramírez, conquistaría finalmente la plaza 20 años después.

En la Historia general de España de M. Morayta la muerte (aunque aquí se asegura que no murió en el acto si no que meses después) del monarca es explicada de la siguiente forma:
La traición de Sadadá
El emir Moktadir llamó a uno de sus soldados, de nombre Sadadá.
-¿Qué piensas de esta jornada? Le dijo.
-Que es bien desgraciada, pero aún hay remedio. Y al decir esto desapareció.
Llevaba Sadadá un traje idéntico al de los cristianos, y como vivía en sus fronteras hablaba muy bien su lengua.
Se mezcló entre las gentes de Ramiro y se acercó a él, iba armado de pies a cabeza, llevaba la visera calada, solo se veían sus ojos. Se abalanzó sobre él y le hundió la lanza en el ojo.
Ramiro cayó, y Sadadá comenzó a gritar “el rey ha muerto”, huyendo los soldados.
Tal fue, dice un escritor arábigo, que así narra la muerte de Ramiro, la causa de la victoria, que por permisión del todopoderso los musulmanes alcanzaron entonces,
El monarca cayó gravemente herido, muriendo unos meses después.


No quedan apenas restos del castillo sarraceno que defendía Graus en aquella batalla. Subiendo por encima de la basílica de la Virgen de la Peña, en lo alto de la peña del Morral quedan algunos restos de lo que sería la torre, y alrededor de la basílica aún se pueden apreciar algunos restos de la muralla.

Si visitamos Graus deberemos ir a ver su puente románico, del siglo XII. Aunque en el siglo XVI se realizó una gran reforma, consta de tres ojos de medio punto y al ser el ojo central el más alto adquiere el perfil conocido como “lomo de asno”.

Bibliografía:
Historia general de España. M. Morayta
Historia del Condado de Ribagorza Manuel Iglesias Costa
http://www.iea.es/documents/73041/0d1a4564-7bf1-4c36-bbe1-c4ca4329f17a