La sinagoga Vieja-Nueva fue construida en el siglo XIII  por lo que se trata de la sinagoga más antigua conservada en Europa.

Al principio se le conocía como Escuela Nueva o Grande, sin embargo, a finales del siglo XVI, al construirse nuevas sinagogas, se le empezó a conocer como Viejo-Nueva.

El edificio ha conservado en gran medida su estado original debido a su sólida construcción  y su situación aislada del resto de los edificios del gueto, por lo que ha sobrevivido a los incendios que han asolado a lo largo de la historia la Ciudad Judía. Aunque según una bonita leyenda, son los ángeles que protegen el templo convertidos en palomas los que alejaban las llamas con el movimiento de sus alas.

Al interior de la sinagoga se accede por la antesala meridional, donde podremos ver dos cajas de estilo barroco donde se depositaban los impuestos judíos recaudados por todo el reino.

En el interior de la nave dos columnas octogonales desde cuyas ménsulas salen los nervios que soportan las bóvedas. La luz  entra por doce ventanas que representan las doce tribus de Israel.

En el centro se encuentra la plataforma elevada (bima, almenor) que se utiliza para la lectura de la Torah, estando rodeada por una reja gótica.

Los rollos de la Torah se guardan en el tabernáculo (ason harodes), que está en la parte oriental de la sinagoga, orientada hacia Jerusalén. Las paredes están adornadas con inscripciones hebreas y abreviaturas de versos bíblicos.

Los asientos se encuentran en el perímetro de la sala conservando su disposición original.

Como hemos visto anteriormente, son varias las leyendas que rodean a esta sinagoga medieval, aunque seguramente la más conocida sea la del golem de Praga, un monstruo de arcilla creado por el rabino Lo y que según la leyenda se encuentra encerrado en el desván de la sinagoga, siempre dispuesto a proteger a los hijos de Israel.

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