MONUMENTO A LOS HÉROES DEL EJÉRCITO ROJO EN VIENA
Huellas de la Segunda Guerra Mundial
Muy cerca de la Karlplatz de Viena, se yergue una gran figura de doce metros de un soldado soviético. Se trata del Monumento a los Héroes del Ejército Rojo, que fue erigido en 1945 para conmemorar a los soldados del Ejército Rojo que cayeron en la Batalla de Viena.
Se calcula que entre 18.000 soldados soviéticos y 19.000 alemanes murieron en la batalla que duró una semana (del 5 al 13 de abril de 1945) y que terminó con la liberación (con la conquista según otros) de la ciudad.
Para la construcción del monumento se utilizaron 25 toneladas de bronce y participaron prisioneros de guerra. En 1946 se inauguró el monumento y la plaza Schwarzenbergplatz cambió su nombre a Stalinplatz. Muchos soldados soviéticos caídos en la gran batalla fueron enterrados aquí. En 1955, cuando Austria recuperó la independencia y Viena volvió a ser la capital del país, se firmó un tratado estatal en el cual la Stalinplatz recuperó el nombre de Schwarzenbergplatz, y los soldados enterrados fueron exhumados y sus cuerpos transferidos al cementerio central.
Aún hoy en día, el monumento genera división entre la sociedad vienesa, una parte de la población aboga por su derribo y se refieren a él con motes despectivos.
Sin embargo, al estar cerca de otras visitas obligadas en la zona como el Belvedere o la Karlskirche, vale la pena acercarse para conocer esta reminiscencia de la II Guerra Mundial en la capital austriaca.
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