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EL BARRIO DE LA ESTACIÓN DE HARO. EL LUGAR DE ORIGEN DE UN VINO Y UNA HISTORIA EXCEPCIONAL.
Para comprender la historia contemporánea de La Rioja, es indispensable conocer la historia y el porqué del éxito de los vinos que allí se producen. Y para eso lo mejor es acudir a la capital del vino de la rioja, Haro. Y más concretamente al barrio de la Estación, donde una serie de acontecimientos históricos dieron comienzo al imparable éxito del Rioja.

HISTORIA RESUMIDA DEL BARRIO DE LA ESTACIÓN DE HARO
INICIOS DEL COMERCIO VINÍCOLA
Aunque el cultivo de la vid en La Rioja se remonta a una época antiquísima, no fue hasta el siglo XV cuando los arrieros empezaron a comerciar con los excedentes vinícolas hacia los puertos cantábricos.
Y es que gracias a los censos, conocemos que en 1669 Haro poseía nada menos que 116 bodegas y 65 cuevas. Por lo que no es de extrañar que los productores de Haro buscasen la construcción de caminos para dar salida a sus caldos. A finales del siglo XVIII un acuerdo entre la provincia de Araba y las villas de Briñas, Haro y Briones propició la construcción de la carretera que atraviesa las Conchas de Haro facilitando el transito del vino producido en la villa jarrera hacia las provincias vascas y Cantabria.

LA LLEGADA DEL FERROCARRIL
Sin embargo, así como la construcción del ferrocarril en Estados Unidos fue indispensable para la conquista del «Salvaje Oeste», la construcción de la línea de ferrocarril Castejón-Bilbao en 1863 y de la estación de tren en Haro el 30 de agosto del mismo año, fue clave en la internacionalización y el éxito del Rioja.

LA LLEGADA DEL CAPITAL FRANCÉS
Durante esa época, los viñedos franceses sufrieron el ataque del hongo oídio, y de la filoxera más tarde. Por lo que muchos productores galos acudieron a La Rioja (la primera presencia de productores franceses en el barrio de la estación data de 1859) en busca de vinos para el mercado francés, aprovechándose además de los bajos aranceles que existían entre los dos países vecinos.
Al principio, el vino que se transportaba era a granel, elaborándose y embotellándose en Francia, para lo que se construyeron grandes almacenes junto a las vías.
Fue en 1877 cuando el vinatero francés Armand Heff, con la ayuda de Rafael López de Heredia, construyó la primera bodega de Haro en el barrio de la estación.
No fue hasta el año 1881, cuando se terminaron definitivamente las obras de la estación de Haro. Llegando la luz eléctrica a la estación una década después.
NUEVOS EMPRENDEDORES
Cuando el tratado hispano-francés terminó en 1892, muchos de los almacenistas franceses afincados en Haro se volvieron a su lugar de origen. El hueco dejado por estos, fue suplido principalmente por empresarios bizkainos que compraron los almacenes franceses y edificaron nuevos edificios.
La siguiente bodega en fundarse en la estación fue en el año 1895, de manos de Félix Martínez Lacuesta, nacido en Haro en 1873.
LA LLEGADA DE LA FILOXERA A HARO
Sin embargo, los productores riojanos vieron como a finales del siglo XIX sus peores temores se cumplían cuando la filoxera llegó a la provincia, detectándose por primera vez en 1899 en Sajazarra. En enero de 1900 la Provincia de Logroño fue declarada «provincia filoxerada», por lo que se comenzó a introducir las vides americanas con el objetivo de revertir la situación.
BODEGAS HISTÓRICAS EN EL BARRIO DE LA ESTACIÓN
En 1901, se fundaron las Bodegas Bilbaínas, aprovechando un almacén que había pertenecido a los hermanos franceses Sauvignon, que se habían establecido en Haro en 1860 debido al oídio.
Las siguientes bodegas en establecerse en el barrio fueron la bodega Rioja Santiago en 1904, bodegas Muga en 1923 y finalmente bodegas Roda en 1987.
Fue en el año 1926 cuando un Real Decreto firmado por el rey Alfonso XIII autorizó la creación de la denominación de origen Rioja, la primera creada en España.
Así que si queremos conocer como empezó todo y disfrutar de los mejores vinos de la Rioja, es indispensable ir a Haro y descubrir su Barrio de la Estación.