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BIOGRAFÍA DE TUTANKAMÓN. EL FASCINANTE Y MISTERIOSO FARAÓN NIÑO
El 4 de noviembre de 1922, el arqueólogo británico Howard Carter, realizó uno de los descubrimientos más fascinantes de la historia de la arqueología, al descubrir después de milenios oculta por las arenas del desierto, la tumba de Tutankamón.

Desde entonces, la figura de este faraón, ha fascinado al mundo, dando como fruto multitud de libros, películas y documentales sobre la vida del faraón-niño.
EL MISTERIOSO ORIGEN DE TUTANKAMÓN
El reinado de Amenhotep IV (1352 a.C. a 1335 a.C.) fue uno de los más convulsos del Antiguo Egipto. Este faraón, instauró el culto único al dios Atón, cambiando su nombre al de Akhenatón o Akenatón (que se podría traducir como útil a Atón o agradable a Atón).
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Este revolucionario cambio perjudicó a la casta sacerdotal, ya que Akenatón se consideraba como único intermediario entre el dios Atón y sus súbditos, relegando a los sacerdotes y granjeándose numerosos enemigos.

Akenatón tuvo como esposa a la bella Nefertiti, una de las reinas egipcias más famosas.
Pero además, tuvo otra esposa, menos conocida, de nombre Kiya. Se cree que Kiya pudo ser de origen extranjero, siendo su matrimonio fruto de relaciones diplomáticas, tal vez con el reino de Mitanni. Algunos expertos creían, que Tutankamón sería el hijo que tuvo Akenatón con su segunda esposa. Pero según los últimos estudio de ADN, parece que Tutankamón fue fruto del incesto entre Akenatón y alguna de sus hijas, algo usual entre las familias reales del Antiguo Egipto.

Al morir Akhenatón en el 1336 a.C., su puesto fue ocupado por Anjjeperura Semenejkara. La identidad de Semenejkara es un misterio, creyéndose que pudiese ser un hermano o hijo de Nefertiti o incluso la misma soberana adquiriendo una identidad masculina. Al morir el misterioso Semenejkara, el país se sumió en una etapa caótica, con los sacerdotes de Amón conspirando para recobrar el poder perdido. Y que mejor instrumento para volver a recobrar el poder que colocar a un niño en el trono que pudiese ser manejado a su antojo.
Y así es, como con tan sólo diez años, el joven Tutankhamón (que por aquel entonces se llamaba Tutankhatón, en concordancia con las cambios religiosos impulsados por su padre), se convirtió en el nuevo faraón de Egipto, dando continuidad a la XVIII dinastía.
UNA REGENCIA TUTELADA
Sin embargo, aunque el faraón-niño ascendió al trono, se encontraba bajo el control de dos personajes claves durante aquel periodo: Horemheb y Ay.
Horemheb, fue un militar que sirvió a Akhenatón y con un ansia de poder solo comparable a su maquiavelismo. Ay, fue un alto dignatario de la corte de Akhenatón y se convirtió en el principal consejero de Tutankamón (algunos expertos creen que podía ser familiar de la madre del joven faraón o de Nefertiti).

PRIMERAS MEDIDAS DE GOBIERNO DE TUTANKAMÓN
La primera medida que tomó Tutankamón como regente, fue la de abandonar la capital fundada por Akenatón (Amarna), y que Menfis y Tebas volviesen a recuperar su antiguo esplendor e importancia.

La siguiente, fue revestir el anterior culto único impuesto por el faraón-hereje a Atón y restablecer el culto a Amón y al resto de divinidades.
Como constancia de la normalización del culto al extenso panteón de deidades egipcias, se redactó el documento conocido como la Estela de la Restauración, donde se glosa el restablecimiento de la anterior religión egipcia y la reconstrucción de los templos abandonados.
PRIMEROS AÑOS COMO FARAÓN
Nada más llegar al poder, el faraón niño se casó con su hermanastra Anjesenamón, hija de Akenatón y Nefertiti, con el objeto de ganar aún más legitimidad. Además, cambió su nombre de Tutankhatón al de Tutankhamón, como sería recordado por la posterioridad.

EL COMPLICADO REINADO DE TUTANKAMÓN
Durante su breve reinado, Tutankamón tuvo que abordar dos cuestiones claves para la supervivencia de Egipto. Una de ellas, fue llevar a cabo una importante reforma de la administración y el funcionariado.
La otra, poner fin a las ansias expansionitas de otra de las potencias de la antigüedad, los hititas, contando para ello con el genio militar de Horemheb.

Sin embargo, cuando parece que el inexperto faraón empezó a reconducir la complicada situación del país, murió repentinamente cuando llevaba 10 años en el trono, es decir, con apenas 20 años.
La causa de su muerte y lo que sucedió después, siguen siendo uno de los principales misterios a los que se enfrentan los egiptólogos, aunque la teoría más aceptada es que muriese como consecuencia de una epidemia de malaria.

Con un reinado tan corto, y sin grandes hechos que le hiciesen pasar a la posteridad, hubo que esperar a que a finales del siglo XIX, un joven arqueólogo realizase uno de los descubrimientos más sorprendentes de la Egiptología, para volver a poner a colocar a Tutankamón en las páginas de la historia.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA TUMBA DE TUTANKAMÓN
Fue en 1891, cuando el joven Howard Carter, llegó a Egipto como dibujante para ilustrar los descubrimientos de su expedición. Después de una carrera fulgurante, Carter fue nombrado inspector jefe de antigüedades para el Alto Egipto. Sin embargo, tras un extraño incidente, Carter fue apartado de su cargo, volviendo a dedicarse a su antiguo trabajo como ilustrador en excavaciones. Este giro en su carrera, le llevó a toparse con el millonario Conde de Carnarvon, que había decidido dedicar parte de su tiempo y su fortuna a la arqueología.

Al principio, los hallazgos fueron menores, pero Carter seguía convencido de que algo grande les esperaba bajo las arenas del desierto, así que persuadió a su mecenas para proseguir con las excavaciones en el Valle de los Reyes. Unos pocos días después de empezar con la nueva campaña el 1 de noviembre de 1922, un niño de 10 años, Husein Abdel Rasul, que surtía de agua a los trabajadores, tropezó con el primer escalón que daba a la tumba. Unos días de trabajo después, encontraron grabado un cartucho con el nombre de Tutankamón, el faraón que hasta entonces se había movido entre el mito y el misterio.

Días después, ya con el Conde de Carnarvon en el lugar, se procedió a abrir la antecámara que guardaba la momia del faraón niño junto con los tesoros que todos hemos visto en tantos libros y documentales y seguramente se nos hayan quedado grabados en nuestra cabeza.
De Carsten Frenzl from Obernburg, Derutschland – TUT-Ausstellung_FFM_2012_47, CC BY 2.0, Enlace
[…] virreinatos de Alepo y Carkemish seguían bajo control hitita. Por otro lado, durante el reinado de Tutankamón, los egipcios no habían mostrado ningún interés en expandir sus territorios a costa de los […]
[…] Tutankhamón 1336–1327 a.C. […]
Elizabeth olea: Realmente Tutankamón siendo tan menor de edad dejó un gran legado.
Me fascina la historia de Tutankamon , siendo tan joven y tan admirado.
Me parece muy interezante e ilustrativo la historia real como se formo la creencia en un dios basada en mito y divercidades y formaciones naturales guiadas en sierta forma por el sol, dios mayor y que los faraones baitizaban con nombres de animales y que al final empesaron a darlas figura humana, poniendo en duda el dios de la religion catolica y sectas religiosas dando a entender que la evolucion en las generaciones como en el caso de Tutanquemon.