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QUÉ VER EN LISBOA. 12 VISITAS Y EXPERIENCIAS IMPRESCINDIBLES PARA EXPRIMIR NUESTRO VIAJE A LISBOA.

Se podría decir que hay muchas y muy diferentes Lisboas.
Está la Lisboa que aún conserva parte de su pasado islámico en sus callejas y donde se puede revivir su pasado medieval.
Hay otra Lisboa que fue arrasada por uno de los mayores cataclismos naturales ocurridos en Europa durante la Edad Moderna, y que sin embargo, se reconstruyó dando como resultado uno de los centros urbanos más monumentales del continente.
Está la Lisboa bohemia donde los intelectuales y escritores del siglo XIX se sentaban a debatir sobre las nuevas ideas que venían del norte, y que rebosa ambiente y vida nocturna.
Y está la majestuosa Lisboa que fue capital de uno de los imperios marítimos más importantes del mundo, donde se construyeron increíbles monumentos en un estilo único en el mundo, el estilo manuelino.
Conoce todas estas Lisboas y no te pierdas ninguno de sus monumentos y experiencias imprescindibles con mis doce imprescindibles:
- Plaza del Comercio
- Castillo de San Jorge
- Barrio de Alfama
- Catedral o Sé de Lisboa
- Barrio de Belém
- El fado
- Convento do Carmo y barrio de Chiado
- Los comercios históricos de Lisboa
- Los tranvías y elevadores
- Pasteles de Belém
- Miradores de Lisboa
- Iglesia de San Roque
QUÉ VER EN LISBOA
1.Plaza del Comercio
Lisboa, la que era una de las ciudades más fastuosas de Europa, fruto de las increíbles riquezas que llegaban de los barcos portugueses que surcaban los mares de todo el mundo, se vio sacudida por uno de los terremotos más devastadores que ha conocido el viejo continente.
El gran terremoto de 1755 destruyo gran parte de la capital del reino portugués, y muchas de sus riquezas ardieron bajo las llamas de los incendios provocados por el seísmo, o arrastradas por el devastador tsunami que llegó poco después.
Sin embargo, los y las lisboetas se volvieron a levantar sobre las ruinas de la ciudad y reconstruyeron la antigua plaza dónde se encontraba el Palacio Real, levantando una de las plazas más bellas y grandiosas de toda Europa: la Plaza del Comercio o Praça do Comércio.
Situada en la Baixa Pombalina, la Plaza del Comercio de Lisboa, diseñada por Eugenio Dos Santos y Carlos Marvel, se convirtió en el epicentro de la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto y volvió a convertirse en el centro neurálgico del Reino de Portugal, aplicándose durante su construcción los principios de la ilustración.
En el centro de la Plaza del Comercio, se encuentra la estatua ecuestre del rey José I, que fue la primera estatua conmemorativa que se colocó en Portugal mientras el protagonista seguía vivo.
Y eso, es un país que ha dado al mundo tan excelsos exploradores y descubridores, nos da una idea de la importancia que se daba el monarca, ya que se veía a si mismo como el creador de una nueva Roma.
A la Plaza del Comercio, se accede por un majestuoso Arco del Triunfo. Aunque la construcción del arco triunfal, fue planeada en 1759 como parte de la reconstrucción de la ciudad y de la Plaza del Comercio, no sería hasta 1873 cuando se completase.
Se puede subir hasta el mirador que se encuentra en lo alto del Arco del Triunfo, donde podemos disfrutar de una espectaculares vistas de Lisboa.
En definitiva, una visita a Lisboa no se puede entender sin un paseo por la majestuosa e histórica plaza, o sin sentarse a ver el atardecer desde el muelle de mármol de la Plaza del Comercio.

2.Castillo de San Jorge
Apostado en lo más alto del monte alrededor del cual nació Lisboa, el castillo de San Jorge o castelo de Sao Jorge vigila desde hace siglos la capital portuguesa.

Aunque en el solar en que se asienta se han encontrado vestigios de la Edad del Hierro, fenicios y cartagineses, seguramente fueron los romanos los primeros en fortificar este lugar conscientes de su valor estratégico.
Aquí se estableció el cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, que dirigió desde esta fortificación el aniquilamiento de los rebeldes lusitanos que aún seguían plantando cara a Roma después del asesinato a traición de su líder Viriato.
La fundación de la actual fortaleza se la debemos a los árabes que conquistaron gran parte de la península ibérica y la ciudad en el siglo VIII. Aquí levantaron la alcazaba donde residía el valí o gobernador de la ciudad, rodeándola con un muro defensivo conocido como Cerca Moura.
El 25 de octubre de 1147, la ciudad fue reconquistada por las tropas portuguesas y los cruzados al mando del rey Alfonso I de Portugal, después de un asedio de tres meses, pasando el castillo al convertirse en residencia real de los reyes de Portugal hasta comienzos del siglo XVI.
La antigua alcazaba islámica, fue adaptada para acoger a la familia real, el obispo de la ciudad y la corte que rodeaba al monarca.
El origen del nombre del castillo se lo debemos a Juan I de Portugal, que lo puso bajo la advocación de San Jorge, patrón de los cruzados ingleses que ayudaron a reconquistar la ciudad.
3.Barrio de Alfama
El barrio de Alfama de Lisboa, es el barrio más antiguo de la ciudad. Prácticamente todas las culturas que han pasado por la actual Lisboa, han dejado su huella en este barrio.
En Alfama además, podemos visitar algunos de los monumentos más importantes de la ciudad, como la Sé de Lisboa, el castillo de San Jorge o el Panteón Nacional. Sin embargo, la cultura que más huella ha dejado en el barrio es la árabe.
Además de las estrechas callejuelas que nos recuerdan a las medinas musulmanas, el nombre del barrio es de origen árabe y proviene precisamente de la abundancia de manantiales que había en esta zona.
Todavía en el barrio de Alfama podemos ver el chafariz más antiguo de Lisboa, el chafariz de El-Rei, del que sigue manando agua desde hace siglos.
Además de los importantes monumentos que podemos visitar, en el barrio de Alfama hay varios miradores desde los que podremos obtener las mejores vistas de la ciudad.

4.Catedral de Lisboa
Construida entre los siglos XII y XIII, la Sé de Lisboa, o Santa María Maior de Lisboa, es el templo más importante de la ciudad y uno de las visitas imprescindibles en Lisboa.
La catedral o Sé de Lisboa, es uno de los monumentos medievales más antiguos y famosos de la ciudad.
La catedral se empezó a construir en el año 1147, después de la toma de la ciudad por el rey Alfonso I de Portugal junto a sus aliados cruzados. Cuando se completó, se trasladaron hasta allí las reliquias de San Vicente de Huesca, el patrón de Lisboa.
No se sabe a ciencia cierta sobre que se construyó el nuevo templó católico.
Históricamente se a dado por sentado que se levantó sobre la antigua mezquita mayor de la Lisboa árabe, aunque puede ser que se construyese sobre una primitiva basílica paleocristiana.
Durante los siglos XII y XVI, varios seísmos dañaron la catedral, por lo que el templo se volvió a reconstruir en estilo gótico y renacentista.
Pero lo peor llegó con el gran terremoto de 1755, cuando se derrumbó la torre-campanario y la bóveda de la nave central. La reconstrucción comenzó en 1777 pero la catedral no fue totalmente reconstruida hasta el siglo XX.
En su fachada aún se pueden ver las cicatrices de aquel terrible terremoto, lo que le otorga un carácter especial e único entre las catedrales europeas.
5.Barrio de Belém
En el lado oeste de la ciudad de Lisboa, y a orillas del Tajo, se encuentra el barrio con más historia y monumentos por metro cuadrado, el barrio de Belém.
Fuertemente ligado a la época dorada de los descubrimientos, aquí se encuentran las dos joyas más importantes del estilo manuelino de Lisboa: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, declarados ambos Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Construida entre los 1514 y 1521 por el arquitecto Francisco de Arruda, bajo la dirección del maestro francés Jacques Boytac, la Torre de Belém es un baluarte que mezcla influencias orientales e islámicas.
La Torre de Belém, es visitada cada año por cientos de miles de turistas que se acercan hasta esta construcción defensiva fascinados por la inigualable postal que conforma su abigarrada arquitectura junto al Tajo.
El Monasterio de los Jerónimos, es sin lugar a dudas, uno de los monumentos más espectaculares de Lisboa y de todo Portugal, que refleja la grandeza y riquezas que logró el país en el siglo XVI.
6.El fado
El fado, es un estilo musical típico de Portugal que surge de la tristeza y melancolía. El barrio de Mouraria es considerado la cuna del fado en Lisboa.
En sus calles nacieron algunos de los y las cantantes de fado más míticos, como Fernando Mauricio o Maria Severa Onofriana, más conocida como Severa.
En sus callejuelas y pequeñas tabernas, aún se puede revivir el ambiente en que se crearon los fados más bellos y profundos, además de convertirse en un museo al aire libre donde se exponen fotografías de los y las fadistas que nacieron en este lugar.
Además, en el barrio de Mouraria se encuentran las famosas Escadinhas de São Cristóvão, donde se pintó uno de los grafitis más fotografiados de Lisboa, que homenajea al mundo del fado.
Otro de los puntos indispensables para conocer la historia del fado, es el museo dedicado a este genero musical y que se encuentra en el barrio de Alfama, el Museu do Fado.
7.Convento do Carmo y barrio de Chiado
Desde varios puntos de Lisboa, se pueden ver las impactantes ruinas de la que fue una de las construcciones religiosas más importantes de la ciudad, los vestigios del Convento do Carmo o Convento del Carmen. Las ruinas del malogrado templo, se alzan sobre una de las colinas de la ciudad como recordatorio de uno de los días más aciagos de la historia de Lisboa.
El templo, que originalmente fue erigido en estilo gótico, fue ampliándose y modificándose según los gustos de cada época, hasta que en 1755, el gran terremoto que azotó Lisboa y un posterior incendio destruyeron el que había sido uno de los templos más importantes de la capital de Portugal.
Poco después de la devastación, el Convento do Carmo se empezó a reconstruir en estilo neogótico, hasta que en 1834, el gobierno liberal ordenó la disolución de las ordenes religiosas.
Una de las visitas imprescindibles en Lisboa, que se encuentra en el barrio de Chiado, el barrio «de las letras» de Lisboa.
8. Los comercios históricos
Si hay algo que le da un encanto especial a Lisboa son sus comercios con historia, siendo algunos de ellos auténticas reliquias con varios siglos a sus espaldas.
Así en el barrio de la Baixa Pombalina se encuentra la pastelería más antigua de Lisboa, la Confeitaria Nacional, que fue fundada en 1829, y donde aún hoy podemos disfrutar de los dulces que encandilaron a los miembros de la casa real portuguesa.
En la Plaza del Comercio se encuentra el Café Martinho da Arcada, el café más antiguo de Lisboa.
Este establecimiento fue inaugurado en 1778 y entre sus clientes más ilustres se encuentra el escritor Fernando Pessoa, conservándose la mesa donde pasaba largas horas escribiendo y discutiendo con otros literatos.
En el barrio de Chiado, aún podemos visitar la librería en activo más antigua del mundo, la librería Bertrand.
Inaugurada en 1732, la librería fue arrasada durante el gran terremoto de 1755, volviendo a abrir sus puertas en 1773 hasta el día de hoy.
Muy cerca de la iglesia de Santo Domingo, la «iglesia quemada» de Lisboa, se haya otro de los comercios centenarios de Lisboa, el bar A Ginjinha, que fue abierto en 1840 y sirve desde entonces el famoso licor de Ginja.
9. Los tranvías y elevadores
Lisboa, al igual que otras ciudades imperiales como Roma o Estambul, ha nacido y se ha asentado sobre 7 colinas.
Durante el final de siglo XIX y principios del XX, para salvar las cuestas que había que subir y bajar para acceder a los diferentes barrios lisboetas, se proyectaron diferentes elevadores, siendo el mas conocido el de Santa justa, que conecta la Baixa Pombalina con el Largo do Carmo.
También se crearon elevadores de tipo funicular, que al principio salvaban los desniveles usando contrapesos de agua, pasando a la fuerza del vapor después, para acabar funcionando gracias a la electricidad.
Tal vez el más conocido de todos es el Elevador de Bica, inaugurado en 1892 y declarado Monumento Nacional.
El origen de los actuales tranvías de Lisboa, son los antiguos tranvías tirados por caballos que recorrían la ciudad.
Siendo sin lugar a dudas el más famoso de todos el tranvía 28. Este tranvía se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad, apareciendo en camisetas y otros souvenirs.
Este tranvía, es el más «codiciado» por los turistas ya que sube y baja casi todas las colinas de la ciudad y pasa junto a mucho de los monumentos de la ciudad, por lo que es imperdonable no montarnos en el durante nuestra primera visita a Lisboa.
10. Pasteles de Belém
Si hay un producto que debemos probar sí o sí en nuestra visita a Lisboa, este es sin lugar a dudas los famosos pasteles de Belém (pasteís de Belém en portugués).
Este delicioso dulce elaborado con hojaldre y crema, fue creado por los monjes del Monasterio de Santa María de Belén, pero al clausurarse el monasterio durante la revolución liberal de principios del siglo XIX, los pasteles se comenzaron a elaborar y vender al público en la pastelería Casa Pasteís de Belém, que se encuentra junto al monasterio.
11. Los miradores de Lisboa
Aunque en nuestra visita a Lisboa, nos tocará patear y subir muchas cuestas, todo este esfuerzo se verá sobradamente compensado cuando lleguemos a los numeroso miradores (o miradouros) que se encuentran dispersados por la ciudad.
Cuando lleguemos a estos, no tenemos más que disfrutar de la postal única que conforma la capital portuguesa bañada por el Tajo.
12. Iglesia de San Roque
Aunque en Lisboa hay gran cantidad de iglesias, hay una de ellas que destaca además de por su belleza, por una particularidad, ser la única iglesia de la ciudad bendecida por un papa.
Durante el reinado de Juan V de Portugal (1707-1750), el tesoro real se vio aumentado por el oro y la plata que llegaba de las minas de Brasil.
El rey, comenzó una política de ostentación gastando grandes sumas para convertir la capital de su imperio en una nueva Roma. Uno de sus proyectos más extravagantes, fue la construcción de la capilla de San Juan Bautista, considerada una de las capillas más ricas de la cristiandad.

La capilla, fue diseñada por Luigi Vanvitelli en 1742 y fue construida por Nicola Salvi (el creador de la Fontana de Trevi) en Roma.
Una vez finalizada, la capilla fue bendecida por el papa Benedicto XIV, desmontada y trasladada a Lisboa, donde fue montada en la iglesia de San Roque.
La iglesia barroca de San Roque fue construida en el siglo XVI en el Barrio Alto de Lisboa, sobreviviendo al devastador terremoto de 1755.